Miércoles 22 de junio de 2016, p. 26
La última planta de energía nuclear en California cerrará antes de 2025, según un acuerdo anunciado este martes, con lo que llegarán a su fin tres décadas sobre debates de seguridad que ayudaron a impulsar el movimiento antinuclear a nivel nacional. La empresa de servicios públicos más grande del estado, Pacific Gas & Electric, y grupos ambientales acordaron remplazar la producción en la planta nuclear de Diablo Canyon con energía solar y otras fuentes de electricidad que no produzcan gases tipo invernadero que contribuyen al cambio climático. La instalación, que se ubica sobre un risco en la costa central de California, provee 9 por ciento de la electricidad del estado. Ambientalistas han presionado a la Comisión Reguladora Nuclear para que cierre la central de Diablo, debido a su proximidad a las fallas sísmicas en el estado propenso a los terremotos. Una de las fallas se ubica a 594 metros (650 yardas) de los reactores de la planta. Las preocupaciones de que un terremoto dañe la instalación han sido tema dominante desde que PG&E anunció sus planes para construir la planta en la década de 1960. El proyecto ayudó a consolidar la oposición a la energía nuclear dentro del país entre el movimiento pro ambientalista que estaba en auge en esa época. Se trata de un acuerdo histórico
, dijo Erich Pica, presidente del grupo ambientalista Friends of the Earth (Amigos de la Tierra), que se fundó en 1969 en protesta contra Diablo Canyon.