La séptima Feria Internacional del Libro de Azcapotzalco (FILA), que llegó a su fin ayer, tuvo una asistencia de alrededor de 11 mil personas.

La mayoría de los visitantes fueron los mismos vecinos de la demarcación, pero también hubo de otras delegaciones y municipios, por lo que se considera que fue un éxito.

El escritor Paco Ignacio Taibo II, organizador de la feria junto con Paloma Sáiz, por conducto de la Brigada para Leer en Libertad, expresa que la siempre buena respuesta del público en esta demarcación demuestra que era coherente la teoría de que había que llevar ferias de libro potentes hacia el norte de la Ciudad de México, para llegar a esos sectores de lectores absolutamente desprotegidos.

Para el popular autor y conferencista, la feria se caracteriza por los precios bajos sin demeritar la calidad de los libros, además de que regalan ejemplares, todo a la par de una buena programación.

¿Qué ha distinguido esta feria de sus anteriores ediciones? Básicamente que movimos radicalmente el programa, contesta el entrevistado.

Fue un gran acierto para el encuentro contar con la presencia del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, del colombiano Mario Mendoza y del padre Alejandro Solalinde, destacó.

En esta edición también se contó con la presencia de un destacado miembro de la dirección de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, quien explicó qué pasa en estos momentos con el asunto magisterial.

–¿Qué tipo de libros busca el público?

–La historia de México sigue funcionando muy bien, no obstante que la variedad de los gustos de las personas es muy grande. En términos de género, fueron historia y novela histórica los que se movieron, aunque hay un abanico inmenso: literatura mexicana, la presencia por primera vez de buenos libros de ciencia ficción a precios muy bajos, otros editados en España; también funcionó la literatura latinoamericana.

En la primera FILA participaron 20 editoriales; ahora fueron 106. “Trabajamos con convocatoria abierta, pero tratamos de que haya presencia no sólo de editores, sino de distribuidores y de libreros, incluso de usado, de tal manera que el propósito fundamental es mantener la calidad de los libros a precios bajos. Se pueden comprar títulos desde 10 pesos, así como hallar enormes ofertas de saldos”, señala Taibo II.

Para Pablo Moctezuma Barragán, delegado en Azcapotzalco, “es falso lo que se dice de que la gente no lee. Pasa que los libros están muy caros, pero cuando tienen oportunidad o se les regala –en esta ocasión repartieron más de 10 mil–, lo disfrutan”.

Según el funcionario, la presente edición de la FILA se distinguió por no nada más traer autores internacionales y nacionales, sino incluir a cronistas locales, incluso, de sus mismas oficinas. Varios libros fueron impresos por la delegación Azcapotzalco, como El tiempo de higos, de la cronista María Elena Solórzano, que se presentó ayer.

Respecto de los espectáculos ofrecidos, se presentaron, entre otros, Astrid Haddad y el Ballet de Amalia Hernández, pero también se dio oportunidad a talentos de la delegación, como Edilsar y su grupo, y Natalia y Samantha.