Los pobladores de la comunidad de Sonzapotes reclaman justicia
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Viernes 17 de junio de 2016, p. 26
Xalapa, Ver.
Los sepultureros cargaban los féretros con los cuerpos de Ricardo y de su madre, Axaharim, cuando un amigo de la familia Sarro López dijo: Si vemos que no hay justicia, vamos a convocar a una marcha pacífica para exigir que los responsables sean metidos a la cárcel
.
Sus palabras tuvieron eco entre los habitantes de Sonzapotes, municipio de San Rafael, quienes asintieron con la cabeza a lo pronunciado por aquel hombre canoso y de gafas oscuras. Tal vez no los revivamos, pero evitaremos que otras familias sean arteramente asesinadas
, continuó el hombre.
El lunes 13 de junio, como cada año, los Sarro López acudieron a la feria de San Antonio Rayón, municipio de Jonotla, en Puebla. Eran las fiestas patronales y estaban entusiasmados por observar la destreza de los jinetes de aquella región.
Cuando transitaban sobre la carretera Amozoc-Nautla, entre las comunidades de María de la Torre y Emiliano Zapata, la camioneta fue atacada a balazos por policías municipales de Martínez de la Torre. Los 25 disparos que impactaron en el vehículo familiar dejaron dos fallecidos: Axaharim López Ronquillo, de 34 años, y su hijo Ricardo Sarro López, de 18.
En el momento en que los enterradores comenzaron a escarbar sobre la tierra para depositar los cuerpos de su esposa y su primogénito, Francisco Sarro Vaillard se encuentra abrazado de sus hijos que sobrevivieron al ataque: Aimé, de 15 años y Héctor de 9, así como de Yamilet y Francisco, otros de sus vástagos que ese día no viajaron a la feria.
Durante el velorio, Francisco recordó que con su hijo Ricardo compartía el gusto por el jaripeo, y que estaba conforme con él por su destacado trabajo académico en el bachillerato de Puntilla de Aldama, Veracruz, donde llevaba promedio de nueve.
Las palabras sobre el carácter alegre y amistoso de sus hijos, quedan reafirmadas por la presencia de sus amigos de la escuela y del club de jinetes de la región que hicieron guardia durante el sepelio. Una vez Ricardo me pidió que lo orientara porque quería estudiar para federal de caminos
, contó Felipe Castañeda Iturbide, maestro del telebachillerato, quien lo tuvo como alumno en primer y segundo semestre.
El padre de Axaharim, Héctor López Cruz, la describió como una mujer alegre: De mis tres hijas ella era la mayor. Le gustaba bailar, sobre todo la música salsa. Tenía un carácter alegre, le gustaba hacer amistades
.
Aimé, una de los menores sobrevivientes, pidió justicia para su familia: Lo que nos pasó no fue algo pequeñito, fue algo muy grave, por eso que hicieron los policías. Yo y mis hermanos ya no tenemos mamá y no tenemos un hermano
. Los restos de Axaharim y su hijo quedaron sepultados debajo de un árbol de guayabas, situado en un cerro de la comunidad de Sonzapotes.