Defender la utopía frente a un mundo que se caracteriza por el individualismo es lo que plantea Gilberto Guerrero en el montaje Señor Quijote mío, adaptación de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra.

Mañana, la compañía Perro Teatro comenzará nueva temporada de ese montaje en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

En entrevista con La Jornada, el escritor y director de escena explica que de la obra cumbre de la literatura española retoma “la defensa de la utopía en un mundo donde el individualismo y el dinero parecen ser dos grandes valores. Sólo importo yo si tengo dinero, y me parece que hay que recuperar otros valores que están más relacionados con la utopía y que tienen que ver con El Quijote”.

En la obra, el personaje de Alonso Quijano vive entre la ficción y la realidad, y decide ser un caballero andante para ayudar de manera desinteresada a mujeres en peligro y a todo tipo de personas que sufren, incluso arriesga su vida y recibe golpizas todo el tiempo.

El arquetipo del Quijote y su relación con Sancho Panza es otro aspecto que Guerrero refleja en la obra Señor Quijote mío, cuyo título alude a cómo el fiel escudero mira al caballero de la triste figura.

Es casi como si uno asumiera que tendríamos que ser sanchos buscando nuestros quijotes o como si fuéramos quijotes buscando a nuestros sanchos, en esta perspectiva de complementarse, señala el director.

Del personaje de Sancho destaca que al final de la novela ya está convencido de que debe seguir defendiendo a personas desposeídas, a los débiles que corren peligro frente a la gente poderosa.

Esa adaptación de la novela de Cervantes, que se inscribe en la conmemoración del narrador en su cuarto centenario luctuoso, incluye escenas como la de los molinos de viento, cuando queman sus libros o se enfrenta a sus propios amigos.

También hay escenas donde aparecen los duques, que para sorpresa de Sancho y el Quijote, lo reciben como el gran caballero andante y le ponen una serie de pruebas y bromas. “El final es la muerte del Quijote, su derrota frente al Caballero de la Blanca Luna y esta parte me conmueve porque le exigen que diga que Dulcinea no es tan hermosa y él dice: ‘no, mi debilidad no puede ir en contra de la verdad, mátame porque Dulcinea es la más hermosa, prefiero morir antes de reconocer que no lo es’”.

El director escénico retomó muchos momentos icónicos de la obra de Cervantes para que el público pueda reconocer todos estos mensajes de generosidad, del valor del Quijote de levantarse y decir: “tengo que defender a aquellos que son débiles aunque nada tengan que ver conmigo de modo directo’.

Con las actuaciones de Abel Ignacio Hernández (el Quijote), Ortos Soyuz (Sancho), Abril Pinedo (ama y duquesa) y Martín Becerra (cura y duque), y la producción ejecutiva de Ana Luisa Alfaro y Adolfo Cruz, la adaptación de Guerrero acercará al público a los valores que alentaba el ingenioso hidalgo y que fueron considerados locuras.

Señor Quijote mío, con la compañía Perro Teatro, se escenifica del 18 al 26 de junio, sábados y domingos a las 12 y 14 horas en el Teatro de las Artes del Cenart (Río Churubusco 79, esquina Calzada de Tlalpan, colonia Country Club).