Integrantes de organizaciones sociales en México se unieron ayer a la acción global para exigir justicia por el asesinato de la ambientalista Berta Cáceres. En la embajada de Honduras, demandaron al gobierno de aquel país autorizar la creación de un grupo independiente de investigación, conformado por expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Activistas de Amnistía Internacional (AI) y de Greenpeace, entre otras agrupaciones, montaron una ofrenda a las puertas de la legación diplomática en memoria de Cáceres. Encabezados por el mexicano Gustavo Castro Soto, único testigo del crimen, se reunieron con el embajador hondureño, José Mariano Castillo Mercado.

En el encuentro, además de reclamar sobre la indagatoria, le reprocharon el secuestro de Estado que sufrió Castro Soto, dirigente del Movimiento Mesoamericano en contra del Modelo Extractivo Minero (M4). Me impidieron salir del país sin notificarme por qué me retenían, aseveró en entrevista.

La madrugada del pasado 3 de marzo un grupo armado irrumpió en el domicilio de Berta Cáceres y la asesinó.

Era fundadora y coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh). Además lideraba un movimiento en contra del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, de la empresa Desa.

Exigimos la intervención de una comisión independiente porque el gobierno no quiere una investigación de fondo, hay muchísimos intereses, explicó Castro.

Gustavo Castro, amenazado

Hasta el momento hay cinco imputados recordó. Cuatro de ellos eran empleados de Desa, que pertenece a una de las familias más ricas de Honduras. El otro es un militar, que no actuó solo; tiene vínculos con paramilitares y con las fuerzas que reprimen a la población indígena y campesina hondureñas.

En esta maraña también están implicados los sicarios que la mataron. Todo ello tiene intranquilo a Castro. Se siente amenazado y teme por su seguridad pues las pruebas que los tiene detenidos son débiles y podrían vengarse. Es muy fácil que ingresen al país, alertó.

Castillo Mercado le informó que pronto será llamado a identificar a los sospechosos.

Le dije que no regresaré a Honduras, eso se puede hacer desde acá. Se lo expresé claramente: no confío en el gobierno, aseguró el activista.