Postura en consonancia con la Fed: analista
Jueves 16 de junio de 2016, p. 19
La decisión del banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de dejar sin cambio su tasa de interés de referencia aumenta la probabilidad de que el Banco de México no mueva sus réditos este mes y que sólo lo haga en caso de que advierta un repunte de las presiones devaluatorias contra el peso, opinaron analistas financieros.
Este miércoles, la Fed decidió mantener entre 0.25 y 0.50 por ciento su tasa de interés, que determina el premio a los inversionistas en papeles denominados en dólares. Ello, en un momento en que la creación de plazas en el mercado laboral estadunidense ha perdido dinamismo y la inflación es menor al objetivo, lo que sugiere una menor actividad económica.
El Banco de México va a mantener una postura relativa a la de la Reserva Federal
, lo que implica que moverá su tasa de interés de referencia en consonancia con la Fed, explicó Joan Enric Domene, analista de Invex.
La próxima reunión de política monetaria del Banco de México, en la que su junta de gobierno decidirá modificar o mantener su tasa de interés de referencia –el indicador que determina el costo del crédito o el premio a los ahorradores– es el 30 de junio.
No descartamos una reacción del Banco de México
, que eleve su tasa de interés, ante una posible depreciación adicional del peso que ponga en peligro el objetivo de inflación
, añadió el analista de Invex.
El objetivo de inflación del Banco de México es de 3 por ciento anual, con un intervalo de variación de un punto porcentual hacia arriba o abajo. En mayo, la inflación anual fue de 2.60 por ciento.
La tasa de interés en Estados Unidos tiene un impacto directo sobre la economía mexicana. Después de la crisis de 2008-2009, el banco central de aquel país redujo a cero el nivel de las tasas para estimular el crecimiento. Ello provocó que aumentara el flujo de inversión hacia los sistemas financieros de países emergentes, como México. Mayores tasas de interés en aquel país pueden provocar una reversión de esos flujos, como comenzó a ocurrir este año, y derivar en una depreciación del peso que, eventualmente, se traduzca en inflación. Hasta ahora, según el Banco de México, esto último no ha ocurrido.