Cecilia Cuéllar utiliza también una sustancia de la cerveza o vino tinto
Jueves 16 de junio de 2016, p. 2
Cecilia Cuéllar Martínez, académica del Departamento de Diseño de la Universidad Iberoamericana (Uia) Ciudad de México, investiga el uso de té de kombucha, vino tinto y cerveza para crear textiles hipoalergénicos.
Parte de un trabajo realizado por Susan Lee, investigadora de Inglaterra, quien con azúcar y vinagre –ácido acético glacial– alimenta
las bacterias que suelta el té de kombucha (hongo chino), el cual después de fermentado forma un material que servirá de base para elaborar textiles. Hasta el momento el procedimiento desarrollado por la inglesa al parecer tiene un problema, pues el material base se deshace al momento de producir una tela.
Es a partir de este punto que Cuéllar comenzó su trabajo en el laboratorio de la Uia, donde en recipientes perforados de cristal –para que las bacterias respiren y no mueran– experimenta con diferentes tiempos de fermentación y cantidades de glucosa, con el fin de mantener viva la matriz, de la cual extraerá diversas capas para crear los textiles.
La investigadora realiza pruebas de ensayo y error que le permitirán determinar si es mejor utilizar como precursor del ácido acético glacial la cerveza, que debilita la estructura de la bacteria, o el vino tinto, que la fortalece. Con cualquiera de estas dos bebidas, más azúcar, alimenta durante semanas a ese microorganismo de la matriz creada con el té de kombucha.
Proceso de fermentación
Durante el proceso de fermentación, que dura de tres a cuatro meses, la investigadora mexicana debe evitar que las bacterias del té se contaminen con microorganismos que hay en el medioambiente, pues podrían matar a la matriz o degenerar el textil que se obtendrá, lo que afectaría su propiedad de durabilidad. Además, cuida la cantidad de glucosa que reciben las bacterias, pues si es mucha la tela perderá flexibilidad, se volverá rígida.
En el tiempo que lleva investigando, la docente ha observado que el vino tinto le está dando la rigidez necesaria para que al momento de extraer láminas para elaborar el textil éstas no se deshagan. Una vez obtenido el textil, éste se tiene que limpiar, secar, deshidratar y moldear –en un figurín de madera–. Después de esto, hay que darle un acabado al textil, para que permita a su usuario transpirar.
Con este proceso, la maestra Cuéllar Martínez desea obtener textiles que no son textiles
y que sean hipoalergénicos, una propiedad de la cual carecen las telas hechas con fibras naturales, orgánicas o polímeros derivados del petróleo.
Para realizar su investigación, Cuéllar Martínez cuenta con el apoyo de los maestros Fernando Bermúdez Barreiro, director del Departamento de Diseño; Mariam Bujalil Palafox, coordinadora de la licenciatura en diseño textil, y Guadalupe de Agüero Servín, coordinadora de Laboratorios y Talleres del Departamento de Diseño, y encargada de adquirir los materiales para el proyecto.