La matanza en un bar de Orlando, Florida, provocó diversas reacciones en el ánimo de la comunidad que defiende la diversidad sexual en México. Más allá de fronteras, la tragedia ocurrió en un momento en el que la violencia homofóbica en el país aumentó, debido a los mensajes de odio de la jerarquía católica, afirmaron activistas.

Ayer, integrantes de diversos colectivos colocaron una ofrenda afuera de la embajada de Estados Unidos de la Ciudad de México para recordar a las víctimas del club nocturno Pulse, entre ellas varios mexicanos. Veladoras violetas ardían frente a la sede diplomática en memoria de los afectados la madrugada del domingo.

Señalaron a los jerarcas católicos como los responsables, en México, de provocar ataques en contra de la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual.

Tenemos cara y apellido de quien genera ese odio, aseveró Diana Sánchez Barrios, defensoras de los derechos sexuales. Se refería a Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, sobre quien pesa una denuncia por discriminación que no ha prosperado, indicó en entrevista.

Adelantó que la próxima semana realizarán una protesta en la Catedral Metropolitana. Basta de provocar violencia en los ciudadanos transfóbicos y homofóbicos para que lleguen a esto: a asesinatos, los cuales además son perpetrados de una manera muy cruel, apuntó.

A una semana y media de la marcha del orgullo gay en la Ciudad de México, Sánchez Barrios, fundadora de la organización Pro Diana, pidió a las autoridades capitalinas garantizar la seguridad de los participantes en la movilización, la cual se llevará a cabo el próximo sábado 25 de junio.

Desde 1995 se reportan mil 310 asesinatos homofóbicos, informó la diputada local del sol azteca, Rebeca Peralta. En la Ciudad de México, aunque el crimen de odio ya está tipificado, las autoridades siguen investigando los casos como crimen pasional, aseveró.