Sierra huichola, norte de Jalisco.

Muchos wixaritaris (huicholes) sonríen ante los insignificantes decomisos y destrucción de plantíos de amapola –de la que se obtiene heroína– por la Fiscalía General del Estado (FGE), al tiempo que muestran recipientes llenos de la diminuta y negra semilla extraída del bulbo de la flor muerta, que será sembrada durante el siguiente ciclo invernal.

Según informantes de la región, en lo que va del año al menos 200 hectáreas han sido sembradas, sólo en cerros y barrancas colindantes con Tuxpan de Bolaños, municipio de Bolaños, mientras la dependencia destruyó plantíos en una área de cuando mucho seis hectáreas, pero en todo el estado.

En coincidencia con la visita de La Jornada a los campos amapoleros en esa zona, la FGE anunció hallazgos y destrucción de plantaciones muy cerca de otra de las grandes comunidades huicholas, San Andrés Cohamiata, en el vecino municipio de Mezquitic.

El 15 de abril y tras una denuncia anónima, personal de la dependencia localizó varios sembradíos que abarcaban 40 mil metros cuadrados, en los que se contabilizaron 720 mil plantas de amapola, suficientes, según el fiscal Eduardo Almaguer, para producir 6 mil dosis de heroína.

Los plantíos destruidos contaban con un sistema de riego que demuestra que era un área destinada a la producción de amapola, pues se estima que durante este mes se pretendía cosecharla y extraer el producto para producir la heroína, detalló el funcionario.

Dos días después, en colaboración con elementos del 14 Batallón de Infantería del Ejército, policías estatales descubrieron, también en Mezquitic, un plantío de alrededor de 300 metros cuadrados con 6 mil plantas de la flor, junto el arroyo Santa Cruz de la delegación de San Andrés Cohamiata.

El 18 de abril la FGE dio a conocer que en el municipio de Tequila, donde comienza la serranía que conduce a las montañas huicholas, se localizó otro sembradío de amapola en el predio El Salitre, en una extensión de mil 600 metros. Había 6 mil 400 plantas. En ninguno de los casos hubo detenidos.

En esa semana, de las últimas para la cosecha de amapola y cuando la mayoría de los plantaciones sólo tienen la vaina reseca con los bulbos drenados, fue cuando la fiscalía realizó los decomisos más cuantiosos del año: 732 mil plantas.

Para entonces ya habían pasado los meses de mayor actividad –de octubre a abril– en el cuidado de la planta que florece con pétalos violetas, blancos o fiusha y en los cuales la FGE sólo había destruido 169 mil plantas en todo el estado en una superficie inferior a dos hectáreas.

El director general de la Comisión Estatal Indígena (CEI), el huichol Óscar Hernández, quien fue alcalde de Bolaños por el PRI en el periodo 2012-2015, poco dice a La Jornada sobre este problema.

–Usted fue edil de Bolaños. ¿Supo del cultivo de amapola, del trasiego de droga y la presencia de grupos armados en su gobierno?

–No tuvimos problemas en mi periodo. Hubo algunos casos en San Sebastián (Teponahuaxtlán) por el paso al municipio de Huejuquilla; también se comentaba mucho de Chimaltitán y San Martín de Bolaños, pero no en Bolaños.

–¿Considera que legalizar el cultivo de amapola disminuiría la violencia y la presencia de cárteles en la zona huichola?

–Podría ser, porque frenaría el tráfico; si el gobernador (de Jalisco, Aristóteles Sandoval) presentara una iniciativa, a lo mejor nos encaminamos. Lo podemos proponer, sólo como una opinión, pero a final de cuentas es un tema del mandatario.