Oakland.

De la mano de LeBron James y Kyrie Irving –encendidos en la duela–, Cavaliers de Cleveland extendieron el sexto juego, al imponerse 112-97 a Warriors de Golden State, quienes siguen liderando la serie por 3-2.

James e Irving tuvieron una noche mágica en el Oracle Arenas. Hicieron 41 puntos cada uno, para convertirse, en la historia en un partido de la final de la NBA, en los primeros dos jugadores de un mismo equipo con esa producción.

James sumó 41 unidades, 16 rebotes y siete asistencias. Irving totalizó 41 tantos, al atinar 17 de 24 disparos, y repartió seis asistencias.

La ofensiva de ambos fue letal bajo el aro, además de conseguir triples que silenciaron a la afición local, que esperaba celebrar este lunes el quinto título de Warriors y el doble campeonato consecutivo; sin embargo, su equipo no respondió ante la enjundia de Cavaliers.

Ni Stephen Curry estuvo tan acertado e inspirado como en días anteriores. El jugador más valioso de la liga apenas contabilizó 25 unidades y sus disparos de tres no llegaron, como acostumbra.

La fuerza de Golden State se apoyó en Klay Thompson, quien fue el que más aportó para la causa con sus encestes.

Cleveland nunca cedió ni dio oportunidad a su rival a partir del tercer cuarto, ya que en los dos primeros periodos, Golden State apenas lo aventajaba por tres puntos (32-29), y ambos conjuntos se fueron al descanso empatados 61-61.

Cavaliers fue amo y señor de la segunda mitad, en la que superó 51-36 a los locales.

James acumula 26 series consecutivas consiguiendo al menos un triunfo como visitante, con lo que ha ampliado un récord de la NBA.

Pese al revés, Warriors –campeones vigentes– lidera la serie final al mejor de 7 triunfos y tendrá otra oportunidad este jueves para ver si podrá ceñirse el título.