Orlando.

Christopher Hansen creía al principio que era la música, pero entonces vio cómo la gente se tiraba al suelo y otros huían hacia la salida. Era un bang, bang, bang, uno detrás del otro. Duró tanto como una canción.

Tampoco Rosie Feba tomó en serio la situación cuando su novia le dijo: Alguien está disparando. Hasta que vio al desconocido con el arma. Las dos mujeres corrieron, llevándose a un herido que tenía la manga de la camiseta llena de sangre. Mientras, otros marcaban el 911, el número de emergencias en Estados Unidos.

Correr y buscar un refugio, gritos y sangre, y una y otra vez ese bang, bang, bang.

Una noche en la que los asistentes al club nocturno gay Pulse sólo querían bailar y divertirse, acaba de convertirse en pesadilla, con un balance de al menos 50 muertos y 53 heridos, algunos en estado crítico.

Pulse es un club muy popular en Orlando, que se autodenomina el bar gay más caliente. Siempre estaba lleno, pero la noche del sábado mucho más. Al fin y al cabo en junio se celebra el Gay Pride Month, el mes del orgullo gay en el que gays, lesbianas, bisexuales y transexuales celebran sus avances y derechos adquiridos en largos años de lucha contra la discriminación.

Y la noche del sábado se programó música latina, con ritmos calientes y bebidas frías.

Más de 300 personas, según se ha sabido después, se encontraban en el club cuando comenzó el horror, muchos de ellos en plena pista de baile, “a last dance” (el último baile) antes del cierre del club en torno a las 2:00 horas.

Era la primera vez que Rosie Feba había llevado a su novia al club, como contó al rotativo Orlando Sentinel. Las dos salieron ilesas y pudieron ayudar a otros.

También Hansen entró al rescate, frenando la hemorragia de un herido con su pañuelo y levantando al hombre con ayuda de otros a la superficie de carga de una camioneta. Fue horrible, dijo al Orlando Sentinel. Por todas partes había charcos de sangre.

Era como si estuviera en un campo de tiro... Después todo lo que vi fue gente corriendo y gritando y había cuerpos tirados en el estacionamiento, relató a CNN.

Durante horas imperó la incertidumbre sobre lo que estaba ocurriendo dentro del club. Sin embargo, quedó claro que era algo grave cuando el club nocturno colgó un mensaje en su propio Facebook: Salgan de Pulse y huyan.

En las televisiones comenzaron a circular imágenes de patrullas y ambulancias, pero no mucho más. La policía estableció un amplio cerco. Y después llegó un tuit de la policía que indicaba que había numerosos muertos.

Luego llegaron las primeras informaciones de testigos, entre ellos Ricardo Negrón Almodóvar, quien escapó por poco de los disparos. La gente en la pista de baile y en el bar se tiraban unos sobre otros y algunos de nosotros logramos llegar a la puerta y salir corriendo, contó en su Facebook.

José Torres trabaja en un expendio de donas abierto las 24 horas en la calle frente al club. Fue algo que no había visto nunca, declaró a CNN. Vi a mucha gente gritando y llorando. Sencillamente corrían como locos.

Delante de los hospitales se congregaron amigos y familiares de quienes estaban en el club, muchos de ellos tras ser advertidos por sus seres queridos por teléfono, que les contaron prácticamente en directo que había disparos y sangre por todas partes.

Al cierre de esta edición había mucha gente sin saber si sus familiares están vivos.