Contiene sus piezas favoritas, rarezas y remixes
Viernes 10 de junio de 2016, p. a10
Paul McCartney hace una revisión de sus discos postBeatles en Pure McCartney, mezcla estrafalaria de 67 de sus éxitos y canciones favoritas que resulta encantadora y a la vez desconcertante.
Con más de 300 canciones de las cuales elegir desde que debutó como solista en 1970, la antología de sir Paul confirma su don para la melodía. Incluye mucho más que canciones conocidas en una mezcla ecléctica, aunque con algunas ausencias notables.
Lanzado también como un cedé doble que actualiza mas no supera la colección de 2001 Wingspan y una edición de cuatro discos de vinilo, Pure McCartney tiene más sentido como un paquete de cuatro cedés, a menos que uno ya tenga todos sus discos.
Hay pocas rarezas, como algunos remixes y Hope for the Future, escrita para un videojuego de 2014, mientras que 25 canciones han sido nuevamente remasterizadas.
La compilación es una especie de mixtape de McCartney, una versión de cómo ve su carrera. Al igual que sus fans, McCartney tiene sus piezas favoritas entre sus éxitos y álbumes. Hay ocho canciones de Flaming Pie y cinco de New, mientras que no hay ninguna de Flowers in the Dirt o Driving Rain, lo que deja en claro sus preferencias.
No hay versiones de temas de otros músicos, lo que va acorde con el concepto de pure, o puro en inglés, pero excluye su ardiente versión de No Other Baby.
Es imposible complacer a todo mundo pero, ¿por qué poner una vez más Bip Bop en vez de Some People Never Know o no incluir Little Lamb Dragonfly, Spies Like Us, My Brave Face y Only Love Remains? Se entiende la animada Wanderlust, ¿pero dónde están Somebody Who Cares o Take It Away? ¿Warm and Beautiful en vez de Beware My Love?
Aun así, Pure McCartney es una introducción sustancial, honesta y gratificante a la larga y productiva carrera de este gigante del pop, un menú de degustación que deja apetito para más.