México lleva ventaja respecto de otros países para enfrentar un entorno internacional de volatilidad y bajo crecimiento, sostuvo Agustín Carstens Carstens, gobernador del Banco de México (BdeM).

Estamos bien preparados para enfrentar el futuro, subrayó. Destacó el hecho de que el país acumulara 13 meses con una inflación menor al objetivo de 3 por ciento, además de que la depreciación del peso frente al dólar no se ha trasladado a los precios de la economía.

Un mejor manejo fiscal y la realización de reformas estructurales son las recomendaciones más recientes de los principales organismos internacionales para impulsar el crecimiento, antes que realizar acciones de estímulo monetario, que ya están llegando a su límite, expuso.

Por varios años México ha llevado a cabo un mejor manejo fiscal y efectuado reformas estructurales, dijo. Entonces, diría que llevamos cierta ventaja en cuanto a aplicar la combinación de políticas que ahorita se están recomendando para salir de este mundo de atonía en el crecimiento, que ya ha perdurado bastante, apuntó.

Como parte de las acciones para preservar la estabilidad financiera, destacó que ya se han acumulado 13 meses consecutivos de una inflación por debajo del objetivo de 3 por ciento, hecho que no se había logrado desde la autonomía del BdeM, en 1993. Y, hay que decirlo, esto se ha dado en un entorno bastante complicado.

Precisamente cuando el país está recibiendo choques del exterior –como la caída en los precios del petróleo y la expectativa de alza de tasas de interés en Estados Unidos, que pueden revertir los flujos de capital que han llegado a México–, lo importante es que el tipo de cambio se pueda ajustar, y eso es lo que ha sucedido en el país. También es importante que la depreciación no se traspase a una mayor inflación, y eso se ha logrado, aseguró.

Ante la expectativa de un alza a las tasas de interés en Estados Unidos –que las redujo a prácticamente cero después de la crisis de 2009 para estimular su economía–, Carstens expuso que el BdeM estará muy al pendiente de la política monetaria en aquel país, como elemento para tomar decisiones respecto del movimiento de las tasas en México.

Parte de la depreciación (del peso) es precisamente por la anticipación de las acciones que tome el banco central de Estados Unidos. Estamos evaluando constantemente eso, a la luz de la estabilidad inflacionaria, no nada más de la observada, sino de las expectativas de inflación y también del seguimiento del tipo de cambio, si hay traspaso a los precios, añadió.