Para el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, coordinador del Programa de Arqueología Urbana (PAU) que celebra su 25 aniversario este año, nuestra historia está en el subsuelo del Templo Mayor de México Tenochtitlán y los predios aledaños, en los que se han hecho importantes hallazgos en los años recientes.

Barrera ofreció una conferencia dedicada a las nuevos descubrimientos arqueológicos sobre la cultura mexica, como parte de las actividades complementarias a la exposición montada en el Museo del Templo Mayor, que se centra en los resultados de los trabajos en cinco predios del Centro Histórico.

Nuestra historia está en el subsuelo y simplemente hay que tratar de comprenderla, pero ahí tenemos toda la razón de lo que somos hoy. Ahí podemos conocer nuestro origen y todo el proceso cultural que ha ocurrido desde que existió la ciudad de Tenochtitlán, expresó Barrera, quien estuvo acompañado por Patricia Ledesma Bouchan, directora del Museo del Templo Mayor.

El Programa de Arqueología Urbana, últimos hallazgos (2007-2016) se tituló la ponencia en la que Barrera Rodríguez señaló que el PAU, creado en 1991 a iniciativa de Eduardo Matos Moctezuma, ha trabajado de manera ininterrumpida en un área específica del Centro Histórico de la Ciudad de México y el objetivo esencial es conocer los procesos de transformación cultural que a lo largo de casi siete siglos de ocupación han ocurrido en el espacio que en la época prehispánica comprendió el recinto sagrado de Tenochtitlán.

Indicó que se han efectuado más de 30 intervenciones en el área, que de acuerdo con fray Bernardino de Sahagún tenía 78 edificios, entre ellos el Templo Mayor o Hueyteocalli.

Barrera precisó que el PAU ha trabajado en un perímetro que está delimitado por la calle Luis González Obregón-San Ildefonso al norte, frente de la Catedral Metropolitana al sur, Correo Mayor-El Carmen al oriente y República de Brasil-Monte de Piedad al poniente, así como en los predios que ya han sido excavados en la plaza Manuel Gamio, la calle Guatemala 24 y 16, Donceles, donde se ubica el Centro Cultural de España y la calle Argentina.

El recipiente del águila

Barrera Rodríguez expresó que la misión del PAU es enorme, porque cuenta con profesionales formados para investigar y proteger el patrimonio, que cuando es posible puede exhibirse para que las personas lo conozcan y disfruten.

El trabajo es permanente y no se va terminar; conocemos mucho del recinto sagrado porque ya se han hecho muchas intervenciones, hemos precisado la ubicación de muchos de estos templos que formaban el Templo Mayor, pero aunque han sido identificados, no tenemos definidas las dimensiones reales, sus características, expresó.

Con apoyo de imágenes de las excavaciones realizadas entre 2007 y 2016, Barrera se refirió a los hallazgos en la plaza Manuel Gamio, como la localización de restos de lo que fue el Seminario Conciliar de México, esculturas de piedra fragmentadas y el Cuauhxicalco, que en náhuatl quiere decir el recipiente del águila, donde eran incinerados los soberanos tenochcas.

Otro hallazgo que mencionó fue el tzompantli, plataforma de escasa altura sobre la que se ven postes que sostenían las varas donde se colocaban los cráneos, un juego de pelota que se localizó en el ábside o parte posterior de la Catedral.

Debajo del Centro Cultural de España se encontró el Calmécac o escuela para nobles, que puede visitarse y muy cerca de él, en Guatemala 16, se localizó una enorme estructura de un templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, deidad que barría los cielos y era ayudante de Tláloc.

Los hallazgos se incluyen en la exposición Programa de Arqueología Urbana: revelaciones de la arqueología mexica, montada en el Museo del Templo Mayor (Seminario 8, Centro Histórico).