Medicina desechada por el cuerpo se va al drenaje y contamina
Domingo 5 de junio de 2016, p. 34
Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) crearon un sistema para degradar y remover residuos farmacéuticos como antinflamatorios y antibióticos de las aguas residuales. Con microondas, ultrasonido y otras herramientas, los politécnicos desarrollaron un proceso para resolver el problema de acumulación de sustancias como el diclofenaco, que luego de ser desechado por el cuerpo y llegar al drenaje, puede tener efectos nocivos en el ambiente.
El sistema lo elaboraron en el laboratorio de Nanomateriales Sustentables de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE). La científica Silvia Patricia Paredes Carrera y los estudiantes de doctorado Isis Scherezada Rodríguez Clavel, Eri Joel Paz García y Elma Iran Moreno Valencia, son los autores.
Las técnicas que usan permiten modificar la morfología y cristalinidad de los materiales sintetizados.
La catedrática Patricia Paredes explicó que en este estudio se tomó como molécula modelo una solución de diclofenaco, y se utilizó un sistema integral de tratamiento fotocatálisis, degradación, ultrasónica y sorción.
Detalló que se estudió el diclofenaco porque es un desinflamatorio que se utiliza de manera masiva e indiscriminada en nuestro país. El diclofenaco se vende sin receta médica, y aunque no es muy peligroso, tiene constante incidencia en el medio ambiente, por lo que en el corto plazo se puede convertir en un problema de salud
, indicó la investigadora.
El equipo científico también ha trabajado con el antibiótico trimetoprim, de igual modo presente en aguas residuales de la Ciudad de México, pues aunque su venta está regulada, se consume en grandes cantidades.
El sistema de limpieza de los politécnicos es económico y eficiente. Le lleva entre 5 y 40 minutos degradar fármacos, mientras a los sistemas comerciales les toma hasta en 72 horas.
La científica politécnica expuso que con este modelo el líquido tendrá un reciclado de buena calidad, sin ser totalmente potable. En México no existen procesos más finos para convertirlo en bebible. En países desarrollados sí los hay, aunque tienen alto costo
.
Comentó que parte del proyecto se enfocó al estudio de diferentes efluentes residuales de la capital, donde se encontró la presencia de varios fármacos y productos de higiene personal. Para solucionar este problema, a futuro se puede hacer un prototipo o dispositivo dirigido al público, empresas u hospitales, que tenga varias etapas del tratamiento integral de fotocatálisis, degradación, ultrasónica y sorción, que purifiquen totalmente el agua.