El viernes pasado se suscitó un enfrentamiento entre integrantes del grupo porril conocido como 3 de Marzo y presuntos miembros de los colectivos que ocupan el auditorio Che Guevara, anexo a la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este choque, de acuerdo con funcionarios de la institución, dejó al menos tres personas lesionadas de gravedad que tuvieron que ser hospitalizadas.

Los hechos se dieron en el contexto de la llamada megapeda –convocada en redes sociales por personas no identificadas– a la que se sumaron miles de jóvenes en las islas de Ciudad Universitaria, para celebrar el fin de semestre. Esta actividad fue rechazada en todo momento por las autoridades de la casa de estudios.

Algunos testigos informaron que el conflicto se inició cuando integrantes del 3 de Marzo, provenientes del Colegio de Ciencias y Humanidades Vallejo, provocaron a los autodenominados Okupa Che, quienes salieron del auditorio para confrontarlos.

Ambos grupos se golpearon con tubos y otros objetos, por lo que hubo varios lesionados y debieron acudir ambulancias del servicio de emergencias a Ciudad Universitaria. Extraoficialmente, funcionarios de la institución informaron que hay al menos tres hospitalizados.

Alumnos confirmaron que no fue el único enfrentamiento ese día. Hubo varios conflictos entre borrachos, pero el de los porros fue el más violento. Hasta ahora la UNAM no ha emitido ningún pronunciamiento.

Carta de universitarios

Ese viernes por la mañana, la rectoría dio a conocer una carta firmada por universitarios como el ex director de la FFL, Ambrosio Velasco, y el director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria y profesor universitario, Miguel Concha, entre otros.

En la misiva –que también suscribió la rectoría– se plantea que debido a la actual situación del auditorio –tomado por colectivos estudiantiles y sociales en septiembre de 2000– y a que es motivo de preocupación y conflicto en la comunidad universitaria, proponen un encuentro inicial para iniciar un diálogo respetuoso entre quienes representan a los Okupa Che y las autoridades universitarias.

Desde hace varios años el control por la sala, oficialmente llamada Justo Sierra, ha generado diversas pugnas y enfrentamientos violentos entre diversos grupos.