Sin dinero no hay éxito posible en el futbol actual, resume Emilio Butragueño, ex delantero del Real Madrid y de la selección española en los años 80 y 90.

En las tres décadas que han transcurrido desde que anotó cuatro goles a Dinamarca, en el Mundial de México 86, a la fecha, este deporte ha cambiado de forma radical, dijo el ex jugador madridista, quien sin embargo asegura que lo que no ha cambiado es la pasión, el sentimiento y el talento.

Los títulos empiezan a ganarse en los despachos, suelta el Buitre, para dejar claro que la gestión de un club es determinante en los éxitos deportivos y alude a la fórmula que catapultó Florentino Pérez, que derivó en copas y cifras millonarias.

El gran objetivo es invertir en un equipo, pero sin dinero es imposible tener jugadores de gran nivel, atajó durante un foro en la Universidad del Valle de México.

Cómo ha cambiado este deporte, lo dice casi con nostalgia, comparado cuando empezó en el primer equipo de los merengues en 1984. En los vestidores sólo había un masajista y éste únicamente atendía a los jugadores más veteranos y con prestigio.

Yo no podía darme esos lujos. Hoy existen alrededor de siete u ocho fisioterapeutas y tres médicos para atender a los jugadores en el vestidor, comentó.

En aquel futbol los clubes no tenían departamento de comunicación ni responsables de mercadotecnia –continúa–, y para tener una referencia explica que el actual departamento de comercialización merengue tiene alrededor de 40 personas, donde se genera 45 por ciento del presupuesto del Real Madrid, que en total asciende a casi 600 millones de euros.

Después llegó Florentino a imprimir una visión empresarial que llevó al conjunto blanco a las galaxias. En el inicio de su gestión, en el 2000, las ganancias eran de 120 millones de euros y en tres años ya eran de 330.

“Es la institución deportiva que más ingresos ha generado en el mundo. La revista Forbes la coloca como la de mayor valor en el mundo. El Real Madrid se hizo universal para convertirse en un equipo español que pertenece al planeta”, destacó Butragueño.

Para cerrar el ciclo de ejemplos evolutivos recuerda los cambios en el juego y sus estrellas, algunas integraron la plantilla merengue que llevó el apodo de galácticos por sus talentos y fichajes estratosféricos.