Promotores culturales, lauderos, talleristas y rebeldes, Los Cojolites, impulsores generacionales del son jarocho del sur de Veracruz festejarán dos décadas este sábado en el escenario del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

La agrupación, aceptan sus integrantes, empezó a ser reconocida tras sus nominaciones al premio Grammy y por haber grabado El conejo, son antiguo casi desconocido, el cual forma el soundtrack de Frida, película ganadora al Óscar por su música.

Sin duda, esos aspectos nos abrieron las puertas, pero, desgraciadamente fue por eso y no por el valor de la cultura musical del país, expresa Joel Cruz, quien comenta que el grupo lleva el nombre de una ave sagrada y significa Dios del nuevo amanecer.

Ahora, prosigue, son 20 años de apostarle a la música tradicional como herramienta para compartir nuestro sentimiento, pero también para hablar sobre lo que sucede en nuestras comunidades.

En realidad, señala el jaranero, celebramos dos décadas de la fundación de un grupo musical, pero también de ser un proyecto que ha transformado la geografía cultural en el sur de Veracruz, donde hace casi 30 años este género estaba en riesgo de desaparecer.

Finalmente, afirma, el trabajo de Los Cojolites y el Centro de Documentación del Son Jarocho, consiste en fortalecer la cultura popular, impulsar el resurgimiento de esta expresión artística y la integración comunitaria.

Por la enseñanza generacional

Cuando comenzó el proyecto, retoma Benito Cortés, el son jarocho estaba un poco debilitado y ya son dos décadas de esfuerzo, de trabajo musical y cultural en las comunidades. Ahora, gozamos de muchos fandangos, participan y ejecutan niños y jóvenes y nutrimos la enseñanza generacional.

Durante dos décadas hemos reconquistado corazones duros, coincidieron en señalar los integrantes de Los Cojolites, quienes se han dedicado a difundir la cultura popular y a revitalizar la creación artística del sur de Veracruz.

Además, siempre hemos creído que la tradición musical es definida por las personas y no al contrario. Esa música está en constante transformación y eso es parte de su origen, porque seguramente confluyeron en el puerto de Veracruz italianos, franceses y alemanes, que aportaron sus elementos culturales en el periodo colonial para así construir estos géneros que después se definirían como música mexicana.

El son jarocho, explica Noé González, va acompañando a la sociedad, va de la mano de los procesos sociales, de los cambios, del deterioro de la ecología; los temas también cambian de acuerdo con la época y las circunstancias.

La música tradicional se define por lo que vamos viviendo, expresa el jaranero y añade que las ejecuciones de Los Cojolites son fieles a nuestros sentimientos, a cómo sentimos la tradición y de qué forma vibramos por haber nacido allá.

El son jarocho es una representación genuina de la vida y de nuestros sentimientos, indica Joel Cruz.

Los Cojolites no se sustraen a temas como la violencia en Veracruz y el resto del país, porque somos parte de este proceso, dice Noé González. Nos duele lo que pasa en nuestro estado, nos afecta lo que sucede a escala nacional, somos sensibles al arte y a la vida, como Cojolites no debemos callar y tenemos que seguir cantando y diciendo las cosas que nos están dañando.

Sin duda, explica González, vemos a este México oscuro debido a la barbarie y a todo lo que pasa. Eso ha propiciado la letra de una canción que después se promocionará, que expresa la necesidad de ver a México fuera de esa ola de violencia, aunque a veces nos clasifiquen como revolucionarios o rebeldes.

En el recinto del Centro Histórico participarán cuatro grupos de jaraneros: Flor de Uvero, Pata de Vaca, Los Alebrijes y Jarocho Barrio; además de las bailadoras Magaly Martínez, Jazmín y Azucena de la Cruz. Al festejo acudirá Antonio García de León, músico, compositor, ejecutante de jarana y uno de los pilares del andamiaje donde se mueve nuestra música.

Somos el sur: Los Cojolites a 20 años se presentará el sábado 4 a las 19 horas en el teatro de Donceles 36, Centro Histórico, cerca del Metro Allende.