Tengo liderazgo, pero la iniciativa debe ser de futbolistas y técnicos nacionales, subraya
El Turco lamenta que directivos metan las manos en el armado de los equipos y no paguen por los malos resultados
Considera que la regla 10-8 hará muy bien al desarrollo del balompié local
Martes 31 de mayo de 2016, p. a13
Monterrey, NL.
Antonio Mohamed, estratega de los Rayados, empieza a superar el trago amargo tras su primera final perdida, el domingo ante el Pachuca; sabe que iniciará el próximo torneo con ánimo de revancha, no obstante, hace a un lado su pesar y se acuerda de sus colegas que no tienen trabajo.
El Turco Mohamed lamenta que los futbolistas no estén organizados para defenderse. “Pero ese problema también lo tienen los técnicos, y si tú tienes algo por cobrar, como ahora tiene Chepo (José Manuel de la Torre), es complicado ¡te vetan!
“A veces apenas va la cuarta, quinta fecha, tienes contrato, pero se abre una puerta: se va el entrenador y entra otro, como que ya se arregló todo el pedo. ¡Qué mágico!, porque es magia todo esto –ironiza–. Y del entrenador que se va se dice que es un cabrón y que no hizo nada bien. Toda la culpa es del tipo que se fue, supuestamente”.
Precisa que es más común de lo que se imagina la injerencia de los altos mandos en el armado de un equipo. ¡Meten mano los directivos y todo lo que es el club!, entonces si no funciona hay muchos culpables, pero siempre se va contra el técnico y eso a los entrenadores nos molesta
.
Tenemos que estar unidos y hacernos respetar
Exclama: “Tenemos que juntarnos un poco más, estar unidos y hacernos respetar en el sentido de que se cumplan los contratos, que finalicen y se respete lo firmado como debe ser.
“Como hizo América conmigo: ‘se terminó tu contrato, no te renovamos’. Bueno, perfecto, no hay problema, pero cuando te sacan a medio torneo deben pagarte todo como corresponde, y ellos, para contratar otro técnico tienen que saldar tu deuda, finiquitarte todo.
Eso no se hace. Hay que buscar siempre un término medio y solucionar las cosas para poder ser algo más serios
, señaló en entrevista con La Jornada.
En cuanto a los jugadores, Mohamed aseguró que corresponde a los mexicanos organizar su gremio “para dar más decoro a la carrera, a la profesión. Creo que tendrían que ser un poquito más fuertes con sus derechos y obligaciones, porque eso sí, a la hora de cobrar ¡buenísimo!, ahí no hay queja.
Aquí los únicos organizados son los dueños y el futbolista extranjero no tiene voz ni voto. Algún día por ahí se hace el gremio. Yo sé que tengo liderazgo, como jugador lo tuve, pero, insisto, corresponde a los mexicanos y quizá invitar a los extranjeros para colaborar
, puntualizó.
Respecto a la cuestionada regla 10-8 (diez foráneos y ocho mexicanos), Mohamed indica: “Está mal explicada. Hoy hay equipos que tienen entre naturalizados y extranjeros 10 u 11 jugadores, y el año que viene serían más, entonces esta regla pone tope de 10. Uno como técnico requerirá de otros 15 jugadores que deberán ser mexicanos, para totalizar 25.
O sea que siempre habrá 15, 20 mexicanos por nacimiento en el plantel compitiendo por un lugar. Hay que mirarlo así, porque si no, el número de naturalizados seguirá creciendo. Esto le va a hacer muy bien al futbol mexicano
, opinó.
El Turco se considera apolítico. No me interesa
, ataja. Admite que la dictadura militar en Argentina “fue un tema duro a nivel social, ocurrió cuando yo era muy pequeño. La gente lo ha superado de a poco, y las nuevas generaciones han crecido con ese karma, pero cuando te aferras al deporte, estás un poquito ajeno.
“Yo me siento más mexicano que argentino, mis hijos nacieron aquí. Llegué a este país hace 24 años, aunque he ido y vuelto. Soy muy agradecido porque he pasado los mejores momentos de mi vida acá. Mexicano, argentino, árabe (ríe)... El apellido de la familia es un poco complicado para pasar a Estados Unidos, recién habían sido los atentados de 2001 y a mi papá y a mí nos desnudaron, nos revisaron todo, pero he ido tantas veces que creo ya me conocen.
Han dicho que siempre estoy queriendo ir a Argentina, ¡no es por mí!, sino por mis hijos que están adolescentes. Intenté traerlos, pero no se pudo, allá tienen sus novios, sus estudios. A Paty, mi esposa, le encanta México, ella acá es feliz. Yo creo que cuando los hijos tengan 18 años y no requieran tantos cuidados, seguramente mi mujer se va a instalar conmigo aquí.
Admite que hay cosas de México que le estremecen, los problemas sociales, sobre todo la violencia y el narcotráfico. Inquieta, uno se interioriza, escucha, pero es parte de la vida misma. Los problemas varían de un país a otro, cada uno tiene sus características y hay que saber lidiar con ellos.