La constitución de la Ciudad de México debe garantizar los derechos de los migrantes, entre ellos a la identidad y la salud, así como definir una política de relaciones con otras ciudades y países, expresaron ayer integrantes del consejo redactor, así como representantes de organizaciones y académicos.

En el seminario La Ciudad de México en el mundo: las relaciones internacionales en la nueva constitución, que se realizó en el Senado, Porfirio Muñoz Ledo resaltó que el proyecto es el primero bajo la vigencia de la reforma constitucional en materia de derechos humanos, y por tanto todos los que están incluidos en los tratados de los que México forma parte deben incluirse.

Entre éstos, resaltó el trato que la ciudad debe tener con los migrantes, a partir de una de las más nobles figuras que se han practicado en la capital: el asilo político.

Al respecto, el ex candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano señaló que los derechos no deben reducirse a su expresión escrita, sino ser exigibles en su ejercicio, específicamente la protección a los migrantes, la forma en que deben ser acogidos quienes pasan, están o residen en la Ciudad de México, así como las garantías de los capitalinos que viven en el exterior, principalmente en Estados Unidos.

Clara Jusidman, presidenta honoraria de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, resaltó el sufrimiento que viven los migrantes que exigen reconocimiento a su identidad y servicios de salud.

Una de las estaciones más importantes de migración está en Iztapalapa, y vamos a un conflicto al tener que brindar derechos y proteger a los migrantes, frente a instalaciones del gobierno federal donde con mucha frecuencia se cometen violaciones a sus derechos y la ciudad no puede hacer nada, indicó.

Expuso que la ciudad debe ser amigable y respetuosa de los derechos de los ciudadanos de otros países y facilitarles servicios.

Muñoz Ledo, ex embajador de México en la Organización de Naciones Unidas, dijo que está previsto incluir un apartado donde se definan los alcances de las obligaciones internacionales de la ciudad, así como prever el voto de los originarios de la capital que residen en el extranjero, en elecciones para Presidente y Congreso de la Unión.

Anticipó que en el estatuto de capitalidad se establecerá la relación con las embajadas y representaciones, ya que corresponde al gobierno de la ciudad su protección y seguridad, además de la cercanía con los representantes extranjeros, sin pasar por encima de las atribuciones en materia de relaciones exteriores que tiene el gobierno federal.