Al día, de 10 a 12 adolescentes acuden al Hospital de las Emociones en busca de apoyo sicológico por atravesar un momento de depresión, ansiedad o por tener problemas familiares o con su pareja: Me dejó, me engañó, no me hace caso y cortamos. Y de estos jóvenes, cuando menos uno tiene la idea de quitarse la vida por no poder tener lo que desea o no sentirse bien con su físico.

Hoy hace un mes que el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, inauguró este nosocomio en la delegación Venustiano Carranza, el cual está a cargo del Instituto de la Juventud (Injuve) capitalino. A la fecha suman 326 los jóvenes –208 mujeres y 118 hombres– que han acudido a terapia. Pocos llegan acompañados de un familiar, mientras 54 padres de familia reciben también atención de los especialistas.

En breve, un grupo de sicólogos irá a la casa de los adolescentes que por situaciones como depresión no quieren salir de ésta para trasladarse a un centro o a este hospital; sólo tendrán que llamar a la línea telefónica del instituto.

La directora del Injuve de la Ciudad de México, María Fernanda Olvera, explicó que se está integrando la brigada de sicólogos que visitará los hogares en toda la metrópoli, pero, remarca, siempre y cuando lo soliciten.

Con base en los datos, admite que el número de jóvenes que han tenido la idea de suicidarse es una alerta, y de alguna manera refrenda y comprueba la tesis por la cual se implementó esta estrategia de prevención. Por fortuna, antes de intentarlo acudieron al hospital, lo que lo convierte en una experiencia de éxito, porque estas 31 conductas, en distintos niveles, pudieron terminar en un suicidio. Sin embargo, se previnieron con una atención oportuna, consideró.

Añadió que las causas de estas conductas son multifactoriales, pero las más recurrentes son: baja autoestima, pérdida de la pareja. “Es muy recurrente que nos digan: ‘no me hace caso y cortamos’, ‘me dejó’, ‘me engañó’, así como por problemas con mamá o papá”, agregó.

La titular del Injuve local citó los casos de un joven que expulsaron de la escuela y al enterarse sus papás prácticamente lo corrieron, y el de una madre que está muy alarmada porque su hijo no quiere salir de la casa ni hacer nada; a veces ni siquiera bañarse.

Olvera refirió que otros factores que repercuten en el estado de ánimo de los jóvenes son el divorcio de sus padres, así como la ausencia de alguno o de ambos en el hogar por irse a trabajar, ya que esto hace que pasen mucho tiempo solos.

Entran en una etapa de depresión, lo que nos lleva a pensar que tenemos que actuar en estos casos y acudir a los hogares, apuntó.

Anticipó que luego de las elecciones tratará de que la Asamblea Legislativa le asigne recursos extraordinarios para abrir este año cuando menos otro hospital de las emociones. Necesitamos llevarlos a Magdalena Contreras, Gustavo A. Madero e Iztapalapa; en Milpa Alta estamos por inaugurar un centro, en una instalación que se habilitó para este fin.

De acuerdo con el reporte, el mayor número de jóvenes que acudió al hospital vive en las delegaciones Venustiano Carranza (154), Gustavo A. Madero (60), Iztapalapa (30) y Cuauhtémoc (24), y 29 provenían del estado de México.