Apresuran a Mancera
¿Precandidato contaminado?
Chapo: servicios postreros
En Tamaulipas, ni a cuál irle
n mal momento apresuran un par de senadores perredistas a Miguel Ángel Mancera para que defina si buscará la Presidencia de la República en 2018. Los graves problemas ambientales de la capital del país (pero no sólo éstos) han restado puntos al abogado que antes de gobernar la Ciudad de México sólo había sido procurador de justicia en ese mismo ámbito. De la grisura y el veneno citadinos difícilmente se podría construir una aspiración exitosa como la que Miguel Barbosa y Armando Ríos Piter dicen sibilinamente que debería asumir el mencionado Mancera.
Distante del ejercicio real del poder, entregado políticamente a los esquemas y maquinaciones de su anterior secretario de Gobierno, ahora al frente de la cartera de Movilidad, Héctor Serrano, y desprotegido por casi todos los demás integrantes de la primera fila de su gabinete (Patricia Mercado, especialista en apariencias y posposiciones), el jefe de Gobierno capitalino ha quedado fuera de los registros a conveniencia que se han ido difundiendo, con tres punteros sembrados: Andrés Manuel López Obrador, cuya postulación y avance no son sorpresivos, y la aparición artificiosa de Miguel Ángel Osorio Chong y Margarita Zavala de Calderón como delanteros en sus partidos. El nuevo tripartidismo contempla a Morena, PRI y PAN, pero no más al PRD, y esas son las preocupaciones de ciertos senadores taimados y de las tribus que siguen peleando el control del sol azteca.
El tunelero Joaquín Guzmán Loera, mundialmente conocido como El Chapo, está prestando el que tal vez llegue a ser su último servicio importante al sistema político y económico en el que durante décadas vivió y sobrevivió. A partir de su recaptura, el más exitoso de los exportadores mexicanos ha sido utilizado para una escenográfica recomposición de la fachada peñista, en especial por cuanto a las aspiraciones futuristas del renacido Osorio Chong, y para soltar a conveniencia fuego artificial mediático que ayuda a distraer de los muchos asuntos escandalosos del día a día.
Los episodios susceptibles de alargamiento propagandístico han incluido a la actriz Kate del Castillo; al actor convertido en entrevistador Sean Penn, y a una diputada norteña. Los papeles femeninos han sido explotados negativamente por la PGR mediante la revelación excesiva de detalles, incluso de la intimidad de la actriz y la legisladora, en un ensañamiento deseoso de convencer
al respetable público de los buenos propósitos
de las autoridades redimidas y de la maldad
intrínseca de esas partícipes.
El tópico de moda respecto del Chapo es el de su reciente traslado servicial a la frontera con Estados Unidos y su cantada extradición. Originalmente, Peña Nieto y su equipo pretendían que el oriundo de Badiraguato se quedara en cárceles mexicanas casi de por vida. En enero de 2015, el fabulador Jesús Murillo Karam postulaba otra verdad histórica
que ahora también se ha caído: “Yo puedo aceptar la extradición, pero en el momento que yo diga. El Chapo se tiene que quedar aquí a cumplir su condena y después lo extradito. Unos 300-400 años después, falta mucho’’, decía el fanfarrón hidalguense a la agencia Ap, y aseguraba que por una cuestión de soberanía
el empresario nacido en Badiraguato debía cumplir sus procesos judiciales en México y ya después se vería una eventual extradición.
Ahora, en un giro que muestra (más) debilidad ante el poder estadunidense, Los Pinos ha trastocado la de por sí tan balaceada normativa penitenciaria, y por tal razón en el congreso federal se ha solicitado a la PGR y a Relaciones Exteriores que expliquen la razón del desaseado traslado de El Chapo a Ciudad Juárez y el estado actual del proceso de extradición. Ah, el desafuero de la chapodiputada también dará material para la evasión mediática respecto de la crisis nacional.
A pesar de que quiso imprimirle de inicio una teatralidad amenazante, el dirigente nacional del PRI no está sosteniendo en alto la presunta bandera de combate a los presuntos nexos con el crimen organizado de tres candidatos a presidencias municipales tamaulipecas. En su fraseo inaugural, Manlio Fabio Beltrones ya dejaba entrever que los tres abanderados podrían haber sido cómplices de actos delictivos o, con menos carga de responsabilidad, haber sido amenazados o comprados por cárteles locales.
Pero el secretario jurídico y de transparencia
(¿?) del comité nacional priísta, Gerardo Herrera Zavala, le bajó totalmente de tono a la narrativa del sonorense, pues acudió ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, de la PGR, a denunciar hechos en los cuales los aspirantes de tres colores a las presidencias de Hidalgo, Mainero y Villagrán habrían sido objeto de violencia, amenazas, intimidación o víctimas de la coacción del voto
. Es decir, nada de que ellos mismos fueran parte del Crimen Organizado o de los malos
. En el fondo, como se dijo en columna anterior, lo que se busca es frenar al candidato panista a la gubernatura de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, a quien también acusan de relaciones oscuras. En esa entidad norteña, como en la gran mayoría de los estados donde este año habrá elecciones, no hay ni a cuál irle. Tan malos los pintos como los colorados.
Y, mientras ayer temblaba en la zona metropolitana de Guadalajara, donde no suelen darse incidentes telúricos fuertes, y en tanto Lorenzo Córdova aseguraba desde la comodidad blindada de las oficinas centrales del INE que la inseguridad pública no está colocando en riesgo la realización de elecciones en ciertas entidades, como Tamaulipas, ¡hasta mañana, con Aurelio Nuño picando la cresta a los politécnicos, amagando con sanciones y consecuencias adversas, ensoberbecido en su papel de capataz consentido, ansioso por extender el espíritu represivo hacia una comunidad estudiantil que mantiene paros en varios planteles!
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