Ambos cuadros parecieron reservar fuerzas y jugadores para sus respectivos compromisos
Los universitarios fallaron una pena máxima y lograron la agónica igualada en el minuto 84
América quedó en el cuarto lugar de la tabla general y se enfrentará a Guadalajara en la liguilla
Lunes 9 de mayo de 2016, p. 2
La mente estaba en otra parte para ambos equipos, menos en un clásico. En Pumas nunca se tomaron en serio esa posibilidad improbable de anotar 12 goles para clasificar a la liguilla, sólo podían aspirar a restaurar la autoestima en un torneo perdido y después en hacer su mejor papel en la Copa Libertadores. América, ya clasificado, reservó jugadores para no arriesgarlos y buscaba una posición favorable para la siguiente fase de la competencia. Sólo el final del partido recordó que era la confrontación entre una de las rivalidades más acendradas del futbol mexicano, que dejó un empate 1-1 en el estadio Olímpico Universitario.
Pumas reaccionó tarde para dejar este torneo con mejor talante. Arruinó oportunidades de adelantarse en el marcador e incluso falló un penal. La indecisión de los universitarios permitió que el americanista Paul Aguilar, jugador que no había anotado en el torneo, celebrara en CU con su famoso paso descoyuntdo. Al borde del final, Matías Britos salvó el honor auriazul con una remate de cabeza de espaldas a la portería.
El marcador pudo abrir contra los felinos antes de que cayera el gol de Aguilar, pero Darío Verón lo evitó. El hombre de la cabeza rapada cometió un error en la marca, que aprovechó Darío Benedetto para enfilar rumbo a la portería. Pikolín salió a acorralar al delantero americanista, pero éste le respondió con malicia, punteando la pelota en una vaselina que parecía imparable rumbo al arco. Verón corrigió y a toda carrera alcanzó el balón para echarlo fuera casi en la linea de gol.
Pikolín todavía lució unos minutos después, rechazando un disparo de Osvaldo Martínez. La mala fortuna eligió ese lance como el antecedente del gol americanista. En el cobro de ese córner, Paul Aguilar quedó solo y cabeceó para el primer gol.
Después del descanso, el técnico de Pumas dejó claro que no pensaba regalar el partido, aunque la posibilidad de clasificar estuviera cancelada. Sacó a David Cabrera y Dante López para que Javier Cortés intentara disparos de larga distancia y Luis Quiñones le imprimiera sabor al ataque.
El colombiano parecía conseguirlo cuando recibió un pase filtrado que empezó a crecer como bola de nieve hasta llegar al arco, donde la jugada se le derritió hasta convertirse en agua, con un tiro cruzado pero extraviado.
El estratega Ignacio Ambriz también enseñó los dientes y cambió a Benedetto por el ecuatoriano Darwin Quintero.
En el forcejeo, más en media cancha que en las áreas, el argentino Matías Britos estuvo a punto de hacer daño en una media vuelta frente al arco que salvó casi de milagro el portero Hugo González.
En ese mismo forcejeo, Paolo Goltz encajó un codo a Eduardo Herrera, lo que le valió un penal contra. Herrera, dolido, no cobró el disparo de castigo como suele hacerlo. En su lugar se dispuso Ismael Sosa, quien enfiló en una carrerita tímida que estropeó la oportunidad, adivinada por otra intervención de Hugo González.
El duelo parecía irse con una derrota para los Pumas, aún subcampeón, y con la vergüenza de perder en casa ante su peor enemigo. Pero a seis minutos del final, un centro de Cortés fue desviado por la cabeza intuitiva de Matías Britos, quien saltó de espaldas al arco para anotar el empate. Un minuto después, Quiñones parecía remontar de media vuelta, pero el diparo se fue cerca del poste.
Los últimos minutos fueron tensos y peleados, con varias tarjetas amarillas, tres para América –además de la expulsión de Miguel Samudio–, y una para Pumas.
Los jugadores universitarios, a pesar de quedar fuera del torneo de liga, recibieron la ovación de sus aficionados, que esperan una mejor versión de ellos en los cuartos de final de la Copa Libertadores.
América se quedó en el cuarto puesto de la tabla con 29 puntos, por lo que en la liguilla enfrentará a Chivas en una nueva edición del Clásico nacional.
Luego del choque no hubo ningún comentario de los entrenadores, quienes prefirieron guardarse sus palabras para sus respectivos compromisos en el futuro.
Al final fue un clásico y nadie lo perdió. Porque en estos casos, como dijo tras el partido el zaguero universitario Gerardo Alcoba: Es importante no perder, si es que no logras ganarlo
.