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La demarcación está postrada por 18 años de corrupción

Sería miope, torpe y hasta suicida si me confronto con Mancera

El político zacatecano desestima el activismo de sus adversarios de la izquierda y afirma que a él le preocupa cumplir sus compromisos con los vecinos, quienes lo van a evaluar cuando cumpla 18 meses de gestión. Asegura que Morena llegó para quedarse si actúa correctamente, y si no defrauda a la gente tendrá la confianza de los ciudadanos en 2018

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Ricardo Monreal Ávila, jefe delegacional de Cuauhtémoc, expuso en entrevista con La Jornada la situación en que encontró la delegación tras 18 años de gestiones perredistasFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de mayo de 2016, p. 30

La cultura de la corrupción postró a la delegación Cuauhtémoc en los pasados 18 años, y al día de hoy, ante esa descomposición que generó pobreza y abandono, no cederemos ni un milímetro; mantendremos la práctica de cero impunidad para no perjudicar a los ciudadanos ni a las actividades económicas y administrativas.

Ricardo Monreal Ávila, jefe delegacional de Cuauhtémoc, advierte que sus adversarios políticos de la izquierda se han reagrupado para recuperar esa demarcación, que por sí sola produce 5 por ciento del producto interno bruto (PIB), algo así como 240 mil millones de pesos al año.

Nos dejaron destruida la delegación. No la van a recuperar porque Morena llegó para quedarse. A la mitad de mi gestión (dentro de 10 meses) convocaré a una consulta de revocación de mandato para que los vecinos y ciudadanos decidan. Eso lo voy a acatar. Es un hecho.

El político zacatecano, asentado en la Ciudad de México desde hace más de tres décadas, despacha en condiciones evidentemente austeras. Su escritorio fue recuperado de los viejos muebles que dejó la pasada administración del perredista Alejandro Fernández. Su sillón es de medio uso y las sillas de sus interlocutores son de plástico. Así, accedió a una entrevista con este diario.

Expone que así como la delegación Cuauhtémoc tiene el corredor cultural y económico más importante del país, también es escenario de pobreza y rezago, acompañado de actividades ilícitas graves, como tráfico de drogas, sexoservicio, trata de personas y un comercio ambulante desordenado.

Aquí se producen 240 mil millones de pesos, pero sólo se reciben 2 mil 900 millones vía participaciones o presupuesto asignado por la Asamblea Legislativa; es un trato desigual, porque aquí circulan 5 millones de personas al día y sólo se toma en cuenta que habitan 600 mil vecinos. Todos los que vienen a la ciudad pasan por el Centro Histórico sin excepción.

–¿Cómo resolver una realidad tan compleja?

–Sí hay forma, con dos principios fundamentales: educación y empleo. No estamos descubriendo el hilo negro. A las empresas y establecimientos mercantiles les hemos solicitado que contraten a personas de la delegación. Tenemos un programa que ha comenzado a dar frutos y que permea en el combate a la delincuencia. La educación es un factor clave de nuestro gobierno; la vamos a continuar fomentando e impulsaremos su desarrollo.

El delegado refiere que la Cuauhtémoc tiene el objetivo de convertirse en una ciudad tipo, y para ello, con la nueva constitución, se espera que se otorguen a las nuevas alcaldías facultades, funciones y recursos. Ahora no funcionan las delegaciones así. Hago una crítica, que no es peyorativa ni de autodenigración al estado en que se encuentran las 16 delegaciones. Un ex delegado decía que son como gerentes de mantenimiento, y yo digo que somos responsables de ventanilla y gerentes de mantenimiento porque toda su función se encuentra centralizada. Hasta para contratar personal se tiene que pedir autorización a la Oficialía Mayor del gobierno central. No tenemos autonomía.

–La corrupción se asocia a una impunidad rampante. La sociedad desconfía de sus gobernates, a quienes en su mayoría califican de corruptos –se le dijo.

–Sí se puede abatir la corrupción. En la delegación llevamos más de 100 denuncias penales. Se sustituyó personal en áreas de inspección y verificaciones. Tenemos un control estricto, con cámaras internas que vigilan la honestidad de los trabajadores. No hemos dejado ni una sola denuncia sin atender. Tenemos un teléfono anticorrupción para que se denuncien estos hechos, y los vecinos lo utilizan. Tenemos una fiscal anticorrupción, es Zuleyma Huidobro, una mujer honesta. En los 18 años anteriores, en esta delegación se instaló una red institucional de corrupción. He decidido dar una lucha sin cuartel; no voy a ceder ni un milímetro, cero impunidad y cero corrupción.

–Usted denunció que en su delegación actúa la delincuencia organizada –se le comentó.

–Los delitos de alto impacto en la ciudad están concentrados en gran parte en esta demarcación. Si no reconoces que hay delincuencia te estás cerrando a la realidad y menos podrás articular una estrategia. Si pensamos en delincuencia organizada como la existente en Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Zacatecas o Guerrero, todavía no se llega a eso en la Ciudad de México. Todavía no permea a la policía capitalina. Los políticos y gobernantes locales no se han hecho cómplices y no protegen a los cárteles.

“Hay manifestaciones y actividades ilícitas, como tráfico de droga, en su modalidad de narcomenudeo, extorsión en casos aislados, trata de personas en algunos lugares; esas manifestaciones se han detectado desde tiempo atrás en la delegación. Yo retomé el concepto de la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos), que en noviembre pasado afirmó que en la Ciudad de México ya se asentaron grupos del crimen organizado.”

Ricardo Monreal recuerda que no tiene temor en combatir a la delincuencia: Fui gobernador y sé cómo hacerlo; disminuí la inseguridad. Pero un jefe delegacional no tiene siquiera mando sobre la policía. El debate no debe ser sobre si hay o no delincuencia. Yo comenté con la secretaria de Gobierno de la ciudad (Patricia Mercado) la urgencia de establecer un plan que combata esas actividades; tengo mapas, tengo cruceros, nombres de bandas, de líderes. Hemos hecho labores de inteligencia.

–¿Ya recibió respuesta del gobierno central?

–La semana pasada conversé con el jefe de Gobierno. He recibido un trato afable de él; nunca he tenido un gesto autoritario de su parte y me dijo que ha dado indicaciones para que nos reunamos y revisemos un plan integral. Me parece una postura inteligente. Y yo no busco confrontación con el jefe de Gobierno, sería miope, torpe y hasta suicida.

El activismo de sus adversarios, sobre todo del PRD, no le genera mayor preocupación. Sé que se han reagrupado. A mí me preocupa cumplir mis compromisos con los vecinos; los hemos venido haciendo realidad. En los primeros 18 meses las personas que aquí viven me van a evaluar. Morena llegó para quedarse si actuamos correctamente. Si no defraudamos a la gente, Morena tendrá la confianza de los ciudadanos y siento que en 2018 la Ciudad de México será la principal catapulta del proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

–Las descalificaciones a Morena, contra López Obrador y contra usted rayan en lo mediático y hasta en la burla. Se alienta la confrontación entre López Obrador y Miguel Ángel Mancera –se le mencionó.

–Yo he dicho que esa confrontación no es afortunada. Me gustaría ver al jefe de Gobierno al lado de Andrés Manuel López Obrador, no en su contra. Que pudiera caminar en la posibilidad de la alternancia política en el país con Andrés Manuel a la cabeza, que es la única manera de que el país pueda salir adelante. Tenemos que buscar las convergencias y no subrayar las diferencias. Eso no conviene a nadie.

–¿Aspira a gobernar la ciudad a partir de 2018?

–Yo he jugado con cartas abiertas; no he mentido a la gente. Dije que si salían bien las cosas, si cumplía las expectativas en un porcentaje mayoritario, me iba a inscribir como candidato a jefe de Gobierno o gobernador, cualquiera que sea la figura jurídica. Sí voy a estar ahí, luchando porque Morena pueda postularme como candidato.