La biografía de un personaje insólito, que marcó un momento esencial en la historia de la arqueología, así como la descripción de una época crucial de esta disciplina en México, es develada por el arqueólogo Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, en el libro El capitán Guillermo Dupaix y su álbum arqueológico de 1794.

Esa publicación, presentada la noche del pasado miércoles en el Centro Cultural de España, fue comentada por Eduardo Matos Moctezuma, César Moheno, Miruna Achim, Fernando Fernández y el autor, quienes hicieron referencia a esa época luego de la conquista, además de las correrías, el registro patrimonial y el legado de Dupaix.

El capitán Guillermo Dupaix... es resultado de la exposición homónima que se montó, el año pasado, en el Museo Nacional de Antropología (MNA), la cual recibió más de 150 mil visitantes, según comentó el historiador César Moheno.

Para hablar de la vida, la época y el legado de Guillermo Dupaix tenemos que remontarnos a la segunda mitad del siglo XVIII, en que surgen varios acontecimientos que marcaron de manera definitiva la historia de la arqueología en Europa y en México, explicó Eduardo Matos Moctezuma, fundador del Proyecto Templo Mayor.

En la primera parte del libro, prosiguió Matos, el autor ofrece un panorama de las andanzas de Dupaix antes de su arribo a la Nueva España hasta el momento en que llega a Veracruz, en febrero de 1791, y los pasos que lo guiarán en las tierras que el luxemburgués consideró su segunda patria.

Desde aquel instante nuestro personaje muestra un interés creciente en los restos arqueológicos mesoamericanos.

Testigo de hallazgos de monolitos

En la obra, dijo Matos Moctezuma, López Luján recuerda el hallazgo de 1790 y 1791 de los tres monolitos en la Plaza de Armas: la monumental escultura de Coatlicue y las no menos importantes Piedra del Sol y la de Tízoc.

También nos da relación de los sucesos arqueológicos relevantes de la época, como los de los sitios prehispánicos de Xochicalco, Palenque, El Tajín y Teotihuacán.

En ese libro, retomó César Moheno, se revivió la infinitud del tiempo, ese instante fugaz en el que convivimos con nuestros pasados, presentes, porvenires y esperanzas.

Es decir, son estratigrafías de nuestro ser que convergen en el espacio y nos hacen revivir las dimensiones relativas de la existencia para recordarnos quiénes somos y, sobre todo, reflexionar sobre qué queremos ser.

El capitán Guillermo Dupaix..., coeditado por el Museo Nacional de Antropología-INAH, consta de dibujos, documentos y manuscritos registrados por Dupaix y que López Luján rescató de los archivos de la Biblioteca Nacional de Antropología para confrontarlos con las mismas piezas y vieran la luz ambas referencias en este catálogo, el cual esperan se convierta en un clásico.

Tras el análisis de documentos hasta ahora inéditos o poco conocidos, el autor señala que Dupaix fue testigo del hallazgo de grandes monolitos mexicas en la Ciudad de México y realizó por su cuenta y riesgo sus correrías por el territorio novohispano; incluso, efectuó excavaciones.