Pobreza, falta de educación sexual y de oportunidades, causas
Sábado 7 de mayo de 2016, p. 30
De acuerdo con el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), cada día más de 20 mil niñas menores de 18 años dan a luz en países en desarrollo.
El organismo detalla que 95 por ciento de los partos en adolescentes en el mundo ocurren en estas naciones y nueve de cada 10 se dan dentro del matrimonio o uniones de hecho.
Advierte que la pobreza, la carencia de educación sexual y no tener oportunidades las lleva al embarazo como opción de vida.
En todas las regiones del mundo las niñas rurales empobrecidas y con una educación deficiente son más proclives a quedar embarazadas que las urbanas más ricas y educadas. Las menores que pertenecen a una minoría étnica o a un grupo marginalizado, que no tienen opciones ni oportunidades en la vida, o que tienen un acceso limitado o nulo a la salud sexual y reproductiva, incluida la información y servicios sobre anticonceptivos, también son más proclives a quedar embarazadas
, indicó.
El UNFPA refiere que los embarazos precoces no sólo son un fenómeno de los países pobres, también ocurren en los ricos, aunque en menor medida.
En las naciones en desarrollo 19 por ciento de las jóvenes quedan embarazadas antes de los 18 años y dos millones, de los 7.3 millones de partos de adolescentes que ocurren cada año, son de niñas menores de 15 años.
El organismo internacional expone que el embarazo en una niña puede tener consecuencias inmediatas y duraderas para la salud, la educación y el potencial de obtener ingresos. En general altera el curso de toda su vida y el grado dependerá, en gran parte, de la edad que tenga
.
Destaca que un embarazo temprano puede incidir en perpetuar la pobreza y exclusión, impide a las menores desarrollar todo su potencial y en la denegación de los derechos humanos básicos
.
Refiere que muchos países han tomado medidas con el objetivo de prevenir el embarazo en adolescentes y en algunos casos apoyar a las niñas embarazadas.
Pero apunta que muchas de las estrategias tratan principalmente de cambiar el comportamiento de la niña, pero no abordan los factores determinantes subyacentes
.
Entre ellos la desigualdad de género, la pobreza, la violencia y la coacción sexual, el matrimonio infantil, las presiones sociales, la exclusión de oportunidades educativas y laborales, y las actitudes negativas y estereotipos con respecto a las adolescentes, y no tienen en cuenta el papel que cumplen los niños y los hombres
.