Este 1º de mayo, organizaciones independientes del sector laboral marcharán en protesta por la nueva ofensiva del poder económico y político del país que pretende desmantelar derechos laborales fundamentales, como la seguridad social; por el respeto al derecho a huelga, que las autoridades han querido desconocer; en contra del crecimiento de la terciarización y outsourcing, y de la tolerancia del gobierno a las mafias de los sindicatos de protección.

El próximo domingo habrá sendas marchas para conmemorar el Día del Trabajo. Una de los sindicatos que integran la Nueva Central de Trabajadores y organizaciones sociales, que partirá del Ángel de la Independencia y llegará al Zócalo, y que se sumará a la movilización que realizará la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación desde temprana hora.

La Unión Nacional de Trabajadores encabezará a su vez la movilización de los sindicatos independientes, los cuales marcharán en dos contingentes, y conjuntamente con organizaciones campesinas, del Eje Central hacia la Plaza de la Constitución. Esto, una vez que haya terminado el mitin mañanero que año con año llevan a cabo en este escenario el Congreso del Trabajo y la Confederación de Trabajadores de México.

Para analizar y definir los motivos por los cuales marcharán este año, el sector obrero integrado en la Nueva Central de Trabajadores llevó a cabo un foro en el que los gremios hicieron un balance de la situación que padecen como sector y señalaron: la crisis económica y las medidas de austeridad del gobierno de Enrique Peña Nieto profundizaron el deterioro de la economía popular, aumentaron la pérdida del poder adquisitivo del salario, pues el alza generalizada de los bienes y servicios, devastan los bolsillos de la población.

Esto, indicaron los agremiados de la central en un manifiesto elaborado a propósito del Día del Trabajo, mientras decenas de miles de trabajadores están perdiendo sus empleos, debido a las reformas y los recortes. Por ejemplo, señalaron, en la Comisión Federal de Electricidad y Pemex, cuyos sindicatos han permitido la pérdida masiva de puestos de trabajo y la mutilación de los contratos colectivos.

Tras rechazar la reforma al sistema de pensiones del país, hicieron un recuento de los conflictos laborales del país, que incluyen la problemática de los trabajadores agrícolas de San Quintín, los obreros de la maquila en Ciudad Juárez, las costureras de Puebla, la represión de los trabajadores de Calzado Sandak, la lucha de obreros automotrices de Nissan, la del Sindicato Mexicano de Electricistas, la disputa en la Alianza de Tranviarios por la representación, y muchos más que la autoridad no quiere ver.