La situación de pobreza que viven niños y adolescentes en el país es de urgencia y alarma, señaló Ricardo Bucio, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niños y Adolescentes de la Secretaría de Gobernación.

Advirtió que México en el presupuesto de egresos 2016 destinó 716 mil millones de pesos, lo que equivale a mil dólares por niño o adolescente, menos de los 2 mil dólares que destinan otros países de América Latina.

En la presentación del informe Pobreza y derechos sociales de niños y adolescentes 2012-2014, del Unicef y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) acudieron Bucio y la subsecretaria de Planeación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Vanessa Rubio.

Bucio agregó que la pobreza no sólo corresponde a desarrollo social, sino a todos los niveles de gobierno. Anunció que se propondrá a escala nacional un sistema de indicadores propios para niños y adolescentes a 2025, que establezca una ruta para los estados y la Federación.

Señaló que la variable de ingreso no se debe considerar en la medición de la pobreza infantil, ya que con ello en realidad se mide al adulto.

Vanessa Rubio sostuvo que entre 2010 y 2014 hubo avances en la reducción de carencias sociales en los niños; vamos en la dirección correcta. Su argumentación se basó en cifras no comparables con las del informe que se presentó, que abarca la población de cero a 17 años. La funcionaria ofreció los datos de la población infantil de cero a 12 años, sin informar la situación de la adolescencia.

Admitió: “no hemos cumplido, no debe haber un solo niño en pobreza. Nada es suficiente cuando estamos hablando de una niña que tiene carencia alimentaria, nada es suficiente cuando estamos hablando de un niño que no asiste a la primaria.

Por la mañana, el titular de la Sedesol, José Antonio Meade, fue interrogado, al término de la firma de un convenio con el Consejo Consultivo de Empresas Globales, acerca del impacto que han tenido en la población infantil los programas de transferencias condicionadas, que llevan alrededor de 20 años de aplicarse en México. Respondió que la actual medición de la pobreza es diferente a la que se hacía cuando los programas se concibieron.

Lo que hoy tenemos que hacer es alinear los programas para ir resolviendo los problemas que los indicadores nos señalan. Estos son claros y los retos también, en términos de lo que tenemos que hacer en favor de la niñez.

Añadió que se trabaja en hacer adecuaciones a los programas para que en cada uno de ellos se llegue a la población infantil, no solamente el programa, sino los elementos que requieran para ir abatiendo los indicadores de carencias que señalan Coneval y Unicef.

Se debe asegurar el acceso pleno a la educación, así como la presencia cotidiana, permanente y vigente de la salud y la seguridad social.

Asegurar que los niños vivan en espacios que tengan calidad suficiente, que tengan espacios suficientes, que les lleguen servicios a la vivienda y que nos aseguremos de fortalecer el acceso a la educación, indicó.