Tras una austera ceremonia de izamiento de banderas y encendido de fuego en el pebetero del Comité Olímpico Mexicano (COM), la embajada de Brasil en México inició la cuenta regresiva de 100 días rumbo a Río 2016, cuyos organizadores esperan sea una justa exitosa.

En varias capitales del mundo estamos celebrando el inicio del conteo regresivo para los Juegos Olímpicos. Hacerlo en la Ciudad de México, primera sede latinoamericana, es motivo de enorme satisfacción, señaló el embajador Elio Cordeiro, quien más tarde asistió al encendido de luces con los colores de ambos países en el estadio de CU y en el edificio del Senado de la República.

Replicó la postura positiva de su país ante los señalamientos adversos para la organización del certamen por la conclusión de escenarios, la seguridad e incluso medidas sanitarias frente al virus del zika, que recibirá a cerca de 500 mil turistas de todo el mundo, además de la familia olímpica y medios de comunicación para la cobertura también de los Paralímpicos. En total asistirán 15 mil atletas de 205 naciones.

La situación política y económica son temas que no contaminan. De repente podría decirse que estos juegos son una tregua en los problemas, porque lo que se quiere realizar es una fiesta de fraternidad, en la que los brasileños están preparados con su espíritu y natural simpatía por los extranjeros que nos visitan, dijo Cordeiro.

Resaltó que con la justa, Brasil habrá completado desde ahora la década del deporte, en la que ha organizado Juegos Panamericanos y el Mundial de futbol 2014, además de otros certámenes del orbe.

Estamos listos para que inicie esta celebración de hermandad entre los pueblos. Río de Janeiro ha decidido tomar el ejemplo de competencias anteriores, donde ha prevalecido el legado útil que los juegos tienen para la sociedad y para la ciudad que los acoge, indicó.

Detalló que de la inversión total, estimada en 11 mil millones de dólares, aplicados en instalaciones deportivas, infraestructura urbana y organización, 60 por ciento provino del sector privado y 40 por ciento de contribuciones de los tres niveles del gobierno brasileño.

Al concluir la justa ese gasto se transformará en diversos beneficios para Río de Janeiro, dijo, y mencionó nuevas vías y servicios urbanos, así como la modernización de su centro histórico.

Sobre la seguridad, cuestionada ayer por Amnistía Internacional, el diplomático recordó que participarán 85 mil efectivos y mencionó que Río se ha preparado con dedicación extrema.

“México y Brasil –hasta ahora los únicos dos países latinoamericanos que han recibido justas veraniegas– comparten la visión del deporte como instrumento de desarrollo, de inclusión social y de combate de todo tipo de discriminación, en consonancia con los ideales y principios olímpicos”, puntualizó.

Por otro lado, se confirmó que América Móvil, propietaria de los derechos de transmisión de los juegos, descartó negociaciones con las dos grandes cadenas de televisión abierta de México, Televisa y Tv Azteca, aunque aseguró tiempos disponibles a otras cadenas abiertas, como Canal 22, y de televisión restringida.

Los juegos, que se iniciarán el 5 de agosto, se transmitirán en su totalidad mediante la señal electrónica de Claro Sports, de acceso gratuito, disponible también para dispositivos móviles.