Lunes 25 de abril de 2016, p. 10
Veracruz, Ver.
En la clínica 61 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en este puerto, la familia de Juan Gómez López pasa horas esperando noticias de los médicos sobre el estado de salud del joven de 20 años que quedó herido de gravedad en la explosión de la planta Clorados III del complejo petroquímico Pajaritos, en Coatzacoalcos. Su esposa, Kenia Itzel Valle Mata, sabe que su salud es muy delicada, pues sufrió quemaduras de segundo y tercer grados en 30 por ciento de su cuerpo; además inhaló gases tóxicos por tres horas.
Juan estudia ingeniería industrial los fines de semana en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz y el resto de la semana trabaja en la planta Clorados III de la Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV), operada por Mexichem en sociedad con Petróleos Mexicanos. Es el principal proveedor de su familia.
Kenia explicó que se trasladó de la comunidad de Mundo Nuevo –cercana a Coatzacoalcos– a la ciudad de Veracruz para cuidar y estar pendiente de la salud de Juan. Aseguró que en esa localidad la mitad de los pobladores tienen a un familiar herido o fallecido a causa del estallido. Indicó que hasta ahora representantes de Mexichem no les han proporcionado ningún apoyo, sólo se han puesto en contacto con ellos para saber si necesitan algo. Agregó que el IMSS les proporciona un lugar para hospedarse y tres comidas.
Consuelo López Díaz, madre de Juan, está preocupada, pues deberá dejar su trabajo de conserje en una escuela de Coatzacoalcos para dedicarse al cuidado de su hijo, que de acuerdo con los médicos pasará –si sobrevive– al menos cuatro meses en el nosocomio.
Como ellos, hay otras cinco familias que hacen guardia en la clínica 61, adonde fueron trasladados sus familiares tras resultar heridos en la explosión que dejó 32 muertos y más de 130 heridos.