Tixtla, Gro.

El asesinato de tres normalistas, y la desaparición de 43 estudiantes más en septiembre de 2014, así como la mentira histórica del basurero de Cocula, constituyen una estrategia de Estado, afirmó el periodista estadunidense John Gibler, quien presentó ayer su libro Una historia oral de la infamia, los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa, en el auditorio de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos.

Ante estudiantes y padres de los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala, aseguró que los hechos violentos perpetrados entre el 26 y 27 de septiembre de 2014 fueron aparentemente resultado de un operativo, no una confusión. Comentó que desde que supo de la desaparición de los estudiantes desconfié de la visión del Estado, y dije que harían todo lo necesario para encubrir y no llegar a la verdad; por eso hablé con el máximo número de los sobrevivientes. A los 19 meses de los terribles ataques, (los padres de los normalistas) no han parado de luchar por encontrar a sus hijos, en tanto que el gobierno insiste en una versión de los hechos que no tiene ningún respaldo científico, ni forense, ni en los testimonios de los sobrevivientes.

Reiteró que “no hubo ninguna confusión, porque los policías (que habrían entregado a los estudiantes a delincuentes) los insultaban y decían: ‘Pinches ayotzinapos, sí tienen güevos para hacer sus desmadres, a ver ahora’, eso quiere decir que sabían quiénes eran, los identificaron como alumnos de la Normal de Ayotzinapa”.

A nombre de la dirigencia estudiantil de la Normal Rural, Ernesto Guerrero, sobreviviente de los hechos del 26 y 27 de septiembre en Iguala, dijo que el libro de Gibler es una de las tantas formas de cómo se puede expresar que estamos indignados, y de ese odio que se ha generado en nosotros contra las instituciones gubernamentales.

También intervino Ricardo Cayola en representación de las editoriales Grijalbo y Sur Plus, que constituyeron una asociación para hacer posible este libro, que es la voz de ustedes, los supervivientes, las víctimas de uno de los acontecimientos más violentos e injustos del México contemporáneo.

De su lado, Manuel Rosenthal, miembro de las organizaciones sociales Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca y de Pueblos en Camino, de Colombia, manifestó que “el caso Ayotzinapa es la misma estrategia que los gobiernos ocupan en todo el mundo. Asesinan a los mismos para beneficiar a los poderosos, a la clase que resiste y lucha, lanzando el mensaje de ‘si no se arrodillan, si no se cuadran, los vamos a matar’”.