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El balompié abre puertas y puede aportar esperanza, afirmó al presentar su biografía

Joseph Blatter admite que utilizó el futbol con fines diplomáticos

A petición de los estadunidenses, pidió al presidente de Burundi que no se presentara a una nueva elección

Este deporte, y no yo, merece el Premio Nobel de la Paz, indicó el ex dirigente

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El suizo posa con ejemplares del libro que da su versión sobre los 14 mil 991 días que estuvo al frente de la FIFAFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de abril de 2016, p. 9

Zurich.

El ex presidente de la FIFA Joseph Blatter, a quien se atribuyó durante mucho tiempo un estatus casi de jefe de Estado, reveló haber recibido y cumplido encargos de tipo diplomático, hasta ahora secretos, cuando era el máximo dirigente del futbol mundial.

Pese a su suspensión de seis años de toda actividad relacionada con el balompié, el suizo continúa siendo noticia y en una biografía publicada ayer hizo nuevas revelaciones sobre su controvertida etapa al frente del organismo.

En mayo de 2015, antes del Congreso de la FIFA marcado por el estallido de un escándalo de corrupción que luego provocó el final de una era, Blatter afirma que recibió el encargo del Ministerio helvético de Relaciones Exteriores, a petición de los estadunidenses, para intervenir ante el presidente de Burundi, Pierre Nkuruziza, en una nación en crisis en pleno corazón de África.

Los suizos, que querían defender los intereses de ese país, me pidieron que hablara con Nkurunziza, gran aficionado al futbol, para persuadirlo de que no se presentara como candidato, declaró al final de la presentación del libro Sepp Blatter. Misión y pasión por el futbol, escrito por el periodista y estrecho ex colaborador suyo Thomas Renggli.

“Se le propuso ser embajador del balompié para África y fuera de ella. El presidente Nkurunziza dijo: ‘Estoy emocionado, les daré una respuesta’. Insistí y finalmente reflexionó, respondiendo: ‘No, de todas maneras me voy a presentar’”, añadió Blatter.

Reveló que siempre invité o informé al embajador o al cónsul general de mis visitas. A veces podía asistir a una entrevista con el jefe de Estado, que él no habría conseguido, ya que el futbol abre puertas.

Ironías del destino. El encargo diplomático con Burundi habría sido a petición de Estados Unidos, precisamente el país donde se generó la investigación judicial del escándalo del FIFAGate, que terminó con el reinado de Blatter y dañó severamente la credibilidad de la institución.

El nombre de Sepp, sin embargo, no figura en el acta de acusación de la justicia estadunidense, pero sí de unos 30 ex dirigentes de la organización, entre ellos varios ex vicepresidentes.

En un comunicado, el Ministerio suizo de Exteriores (FDFA) confirmó que hubo contacto entre el secretario de Estado, Yves Rossier, y Blatter con el propósito de contribuir a una solución pacífica para resolver la crisis actual en Burundi.

Sin embargo, la FDFA nunca pidió al presidente Nkuruziza que no volviera a presentarse a la elección.

Por su parte, el responsable de comunicación presidencial de Burundi, Willy Nyamittwe, reaccionó vía Twitter a la revelación: Probaron todo lo que podían para derribar nuestros principios democráticos fundamentales en Burundi. Los derrotamos.

El país africano está sumido en una grave crisis política desde que Nkuruziza anunció su candidatura en abril de 2015 a un tercer mandato, que consiguió en julio tras una elección controvertida. La violencia ha causado más de 500 muertos y empujó a más de 270 mil personas a dejar el país.

Blatter destacó que utilizó el futbol con otros fines diplomáticos, convencido de que este deporte puede aportar paz y esperanza. También hicimos eso con Palestina e Israel. Fui a ver al presidente Abbas y al primer ministro Netanyahu.

Durante el Congreso de la FIFA en mayo de 2015 consiguió reunir a los presidentes de las federaciones de futbol de Palestina e Israel, en pleno conflicto político y deportivo, quienes terminaron dándose la mano delante de los demás participantes.

Blatter acostumbraba decorar su oficina en la FIFA con imágenes suyas con líderes políticos, entre ellos el sudafricano Nelson Mandela.

El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó a afirmar en diciembre pasado que Blatter merecía el premio Nobel de la Paz.

Nunca soñé con eso. Simplemente digo que si alguien debe recibir ese premio no es una persona, sino el futbol en su conjunto, por lo que hace para el mundo y para la paz, indicó Blatter.

En otro tema, dijo que ya no sufre más por los escándalos de corrupción del organismo y aseguró: Puedo vivir con todo esto porque tengo la conciencia limpia. No he cometido ningún delito.

El libro, de 293 páginas, exalta su figura y muestra su versión sobre los 14 mil 991 días que estuvo al frente de la FIFA antes de ser suspendido el año pasado.