Domingo 17 de abril de 2016, p. 14
En México al menos 377 mil jóvenes de entre 15 y 29 años son analfabetos, a ellos se suman 880 mil que no han concluido su primaria y 4.2 millones la secundaria. En total, 5.4 millones de jóvenes no han logrado concluir su formación básica.
El director general del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), Mauricio López Velázquez –ex presidente del PRI-DF–, reconoció que al menos uno de cada 100 jóvenes en nuestro país no sabe leer ni escribir.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en México hay 21.5 millones de jóvenes de 15 a 24 años. De ellos, 10.3 millones asisten a la escuela, aunque por rango de edad reporta que, mientras 76.8 por ciento de los adolescentes de 15 a 17 años asisten a las aulas, la cifra desciende a 34.8 por ciento para el grupo etario de 18 a 24.
En su informe sobre la panorámica de la población joven desde la perspectiva de su condición de actividad, señala que el promedio de años de escolaridad de la población juvenil alcanza 10 años y la tasa de desocupación 9.2 por ciento, frente a una media de 5 por ciento para el resto de la fuerza laboral del país.
Cambiar el futuro
En entrevista, López Velázquez aseguró que una de las poblaciones objetivo del INEA para abatir el rezago educativo, son los jóvenes de 15 a 29 años, quienes pueden optar por el esquema de formación modular para la vida y el trabajo, con el que obtendrían su certificado de primaria o secundaria en un lapso de año y medio o sumarse a un nuevo esquema denominado programa especial de certificación (PEC).
Destacó que de los casi 30 millones de mexicanos mayores de 15 años que se encuentran en rezago educativo, 25 millones corresponden a quienes no lograron concluir su primaria y secundaria.
Indicó que si bien todos los grupos etarios son relevantes para abatir el rezago educativo, “quiero estar muy cerca de aquellos que tienen entre 15 y 29 años y que abandonaron la secundaria por factores no sólo económicos, sino que pesó alguna decisión anímica, o por condiciones de bullying”.
En muchos casos, dijo, se trata de jóvenes que se quedaron a un año de concluir sus estudios de secundaria. Consideramos que si logramos reintegrar al esquema educativo a este sector de la población, podemos hacer que cambien su proyecto de futuro y llevarlos a un camino de éxitos personales
, lo que incluye mejores condiciones de empleabilidad.