Unas 8 mil personas se concentraron en el Ángel y La Diana
Hemos estado con ellos hasta en las peores
, dijo integrante de la Tito Tepito
Domingo 17 de abril de 2016, p. a10
Con la esperanza viva de que el Atlante regrese a la Ciudad de México, a casi 10 años de su partida a Cancún, pero sobre todo con el ánimo de expresar su fidelidad a los Potros, unas 8 mil personas se congregaron ayer en el Ángel de la Independencia para conmemorar el centenario del llamado equipo del pueblo.
Tito Tepito y Los Radicales, las porras más grandes, y grupos de barristas entonados en cánticos y familias enteras se instalaron en un contingente aglomerado hasta La Diana Cazadora, para luego dirigirse a la calle de Durango, donde hace un año se colocó una placa.
Es un punto cercano a la esquina entre las calles de Sinaloa y Valladolid, una casa desaparecida, sede de la fundación del equipo, al que los hermanos Refugio y Trinidad Martínez dieron el nombre de Sinaloa.
Poco después, la escuadra sería renombrada en dos ocasiones: Lusitania y U-53, y cuatro años después recibió el nombre de Atlante.
Muchos han sido los motes de los actuales Potros, hoy en la división de ascenso, pues los cambios de dueño y sedes han sido parte de su cabalgata histórica, lo que en su momento les hizo identificarse como Morenos y Nómadas.
El cuadro azulgrana nació en la colonia Roma, donde jugó de local en la Ciudad de los Deportes, en cuatro etapas entre 1947 y 2002, y en el Azteca, y ha emigrado al Corregidora de Querétaro, al Neza 86 y ahora al Andrés Quintana Roo.
Pese a las múltiples mudanzas, Atlante se arraigó en diversas aficiones capitalinas que ayer, como en los años recientes, volvieron a manifestar su afecto en la columna de la Independencia.
Con orgullo, Ángel Núñez recordó su pasión por el equipo desde los siete años: “Conocí al primer equipo que tuvo el Atlante: Potrillo Villavicencio, Medina, Peluche Ramos, Arizmendi, Ezcarone, La Margerita Gutiérrez, Pantorrá, Meza, Cazarín, Angelino y Nicolao”, dijo de corrido.
“Desde entonces no he dejado de seguirlo. Nada más que desgraciadamente nos lo han quitado de aquí y se lo llevaron a Cancún, con personas que no son los verdaderos seguidores del Atlante.
Vea esto, es gente de corazón todos
, exclamó el aficionado de 84 años, quien también ha vivido en varias zonas de la ciudad.
La Tito Tepito, ilustrada con una bandera que cubría la escalinata del Ángel de cara a la palmera, era animada por Arturo Monroy, hijo de Tito, su creador hace 30 años. La Radical, cuyo estandarte apuntaba hacia el poniente, contó también con numerosos afiliados, lo mismo que fracciones de barras y familias con niños que apuraban la llegada hacia el punto de reunión.
Alberto Torres, de la Tito Tepito y aficionado desde que tiene memoria, aseguró que las porras siguen fuertes: “Hemos estado con ellos en las buenas, en las malas y en las peores, viviendo descensos, regresando, disfrutando campeonatos y llorando un campeonato en tierras lejanas, como Cancún.
Es una historia de amor muy triste. Hemos viajado y apoyado. En casi todos lados estamos presentes y todavía tenemos el anhelo de que regrese el equipo de nuestros amores
, señaló.
Relató que “desde chico mi jefe me llevaba (al estadio), desde el 83 me tocó vivir finales contra Tigres, cuando jugaba Cabinho, y en la siguiente década con Luis Miguel Salvador Herrera. Desde entonces lo sigo”.
La esperanza de que el cuadro azulgrana vuelva a esta ciudad no se pierde. El deseo está latente, pero eso no depende de nosotros. Y si la directiva no pudo organizar una fiesta como ésta, mucho menos se va a interesar en traer a nuestro equipo a sus raíces
, fustigó.