Si se nos pidiera describir en dos palabras las Obras esenciales del escritor ruso Antón Chéjov (1860-1904), publicadas por Axial, éstas podrían ser: sentimentalismo honesto.

Sin embargo, lo mejor será que cada lector llegue a sus propias conclusiones.

Los cuentos, novelas cortas y obras de teatro seleccionados en esta antología por Tonatiuh Luna muestran que Chéjov siempre fue honesto con el carácter de sus personajes y comprometido al desarrollar una narrativa breve, donde los sentimientos de los protagonistas no dan lugar a la subjetividad.

Chéjov logra efectos totalizantes en sus narraciones: no se permite líneas rebuscadas al hablar de las actividades humanas y naturales. En cuanto a lo sicológico, sus normas son las mismas: evita la subjetividad, es decir, los pensamientos y acciones de sus personajes no sugieren otro significado distinto a lo que sienten. El mundo que rodea sus historias simplemente es lo que es: no hay lugar para las abstracciones.

No obstante, el escritor jamás resuelve el misterio. Mejor aún: sumerge al lector en un suspenso que impide respirar con tranquilidad durante la lectura. Su prosa da pistas para entender al personaje (él o ella), pero no las suficientes para revelar sus secretos.

La riqueza de los cuentos de Chéjov radica en sus inicios estructurados (casi novelescos), un desarrollo de suspenso enérgico pero limitado, para terminar como un espectáculo pirotécnico.

Este libro reúne, entre cuentos y novelas cortas, unos 70 títulos donde destacan obras maestras, como La dama del perrito, La sala número 6 y Volodya.

Entre los títulos que mejor muestran la autenticidad de Chéjov está Volodya. Narración pequeña y no tan popular como otras, sin embargo mantiene una armonía en toda su estructura narrativa, con escenarios fáciles de imaginar y personajes comunes, como Volodya, adolescente de 17 años, con problemas en matemáticas y una madre despreocupada y mentirosa. Su familia, hablando económicamente, ha ido de más a menos y por si fuera poco el muchacho tiene que enfrentarse a un demonio… el amor.

En el clímax, Chéjov no trata que Volodya halle sentido a su vida, sino que la enfrente en solitario, como un pequeño cordero entre una manada de lobos. Un reducido número de personajes representan y guían los demonios sicológicos de Volodya. Al final, su inocencia será segada por las palabras de un grupo de mujeres alcoholizadas, cuyo único interés radica en verter odio a su vida con numerosas bocanadas etílicas. Volodya acepta las mentiras y su ira determinará su demoniaca batalla.

Respecto de las obras de teatro se incluyen El incendio, Un duelo y una de las más sobresalientes, El jardín de los cerezos, que está por cumplir 112 años desde su primera presentación en el Teatro de Arte de Moscú, en 1904. Es la última obra dramática de Chéjov, considerada por la crítica su mejor trabajo teatral. Es una comedia cuyos personajes se desenvuelven en forma espontánea, con pensamientos hundidos en la desesperanza y la frustración, lo cual los convierte en seres pusilánimes cuyo resguardo siempre está en un hermoso jardín de cerezos.

Una obra cuyo final carece de felicidad inmediata, pero propone un desenlace a futuro, donde se otorgará a los personajes una oportunidad de retomar su destino y todo dependerá de su actitud ante la vida.

Obras esenciales: cuento, novela corta y teatro es un libro para todo el que desee conocer a uno de los grandes escritores universales. También proporciona gran acervo para los asiduos lectores de literatura universal y los amantes del género cuentístico, pues conocerán, a través de los relatos, una filosofía que cuestiona temas determinantes, como la justicia, el amor puro y la libertad de elegir nuestra propia felicidad.

Título: Obras esenciales: cuento, novela corta y teatro

Autor: Antón Chéjov

Editorial: Axial

Número de páginas: 672

Precio de lista: 295 pesos.

Texto: Luis Enrique Trigo Villagómez

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