on dos de los estados que conforman la América Profunda, la que aboga por la presencia de sus soldados en otros países aunque salgan derrotados; los que votan por el señor Trump y desean ver izada en los edificios públicos la bandera confederada, la que aglutinó a los esclavistas del sur durante la guerra de secesión y es estandarte del Ku Klux Klan.

Ahora Misisipi y Carolina del Norte ocupan la atención internacional por leyes que limitan los derechos de gays, lesbianas y transexuales. Ambos encabezan los 21 estados que han aprobado medidas contra el mandato de la Suprema Corte de la Nación que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La respuesta no se hizo esperar. Importantes empresas que apoyan la vigencia de los derechos civiles piden la derogación de las leyes que discriminan por cuestiones sexuales. PayPal canceló sus proyectos en Carolina del Norte. Nissan, la mayor industria de Misisipi, reiteró su apoyo a la comunidad lésbico gay. Igual Duke Energy, la compañía eléctrica más grande. Analistas económicos, académicos de las universidades y políticos como Hillary Clinton y Bernard Sanders, advierten que dichas legislaciones harán que muchas empresas no deseen invertir en ambos estados. Tampoco en el de Tenesí. Más de 130 empresas, entre ellas Bank of America, Dow Chemical y Alcoa, piden derogar la retrógrada legislación pues es mala para los negocios.

En Misisipi, la ley de Libertad Religiosa permitirá a empresas, personas y organizaciones religiosas denegar sus servicios a gays, madres solteras o cualquiera que pudiera ofender a alguien que tenga una sincera creencia religiosa. Y los padres de niños LGTB podrán someterlos a terapias de reconversión. También autoriza a negar viviendas con base en creencias religiosas.

Maldito Misisipi, cantó una vez Nina Simone pues es el estado donde menos protección tienen gays, lesbianas y transgéneros. Por eso el roquero canadiense Bryan Adams no efectuó ayer el concierto que tenía programado allí, mientras Bruce Springsteen suspendió el suyo en Carolina del Norte.

En 1939 la ciudad de Atlanta fue conocida mundialmente al ser devastada por las llamas en una escena de Lo que el viento se llevó. Y fuego es el que ya lanza Hollywood contra las leyes discriminatorias de Georgia y varios estados sureños. Disney, Sony, la Metro, Lionsgate, CBS, Century Fox no volverán a realizar allí película alguna en protesta por las leyes que muestran un alto grado de intolerancia.

Las compañías productoras de Hollywood han sido conservadoras, discriminatorias. Baste recordar su papel durante la caza de brujas del senador McCarthy y el trato a las minorías raciales. Pero hoy los negocios dan mejores frutos si tienen en cuenta los derechos civiles.