La suspensión de actividades al aire libre en planteles de prescolar, primaria y secundaria ante cualquier riesgo para la salud de los alumnos no es una medida nueva o que trastoque la vida escolar, pues se ha aplicado no sólo ante contingencias ambientales, sino también por la caída de ceniza volcánica e incluso ante olas de frío o calor.

Guillermo Ayala Álvarez, coordinador de vinculación institucional de la Administración Federal de Servicios Educativos del Distrito Federal, señaló: No podemos aflojar el paso ni flexibilizar la medida en este momento porque en días recientes hemos tenido picos en los índices de contaminación.

Recordó que el viernes pasado la zona metropolitana del Valle de México estuvo muy cerca de alcanzar los 150 puntos de contaminantes, los cuales finalmente disminuyeron. Lo que hemos hecho es apegarnos a los que nos dice la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), y seguiremos en esa ruta hasta que se nos indique lo contrario.

Agregó que el organismo mantiene estrecha comunicación con las autoridades educativas, debido a que tan sólo en la Ciudad de México hay 1.8 millones de alumnos de educación básica. Ante cualquier eventualidad atmosférica contamos con una cadena de comunicación para que todas las escuelas estén alertadas de las acciones que se deben realizar.

De acuerdo con el reporte histórico del Programa de Contingencias Ambientales Atmosféricas, de 1988 a la fecha se han declarado 51 contingencias, tanto por ozono como por partículas suspendidas. Sin embargo, en los pasados tres lustros sólo se emitió la alerta en seis ocasiones, de las cuales dos corresponden a este año.

Ayala Álvarez agregó que en los centros escolares se cuenta con guías para atender a los alumnos durante la suspensión de actividades al aire libre. Se busca, dijo, que tengan actividades lúdicas e interesantes en las que puedan participar. Se incentiva, explicó, el uso de juegos de memoria, de palabras o matemáticos.

En las escuelas de educación básica, agregó, se permite a los alumnos bajar al patio para ir a la cooperativa escolar y a los sanitarios. El consumo de su almuerzo se hace en el salón, y al concluir pueden tener un momento de esparcimiento con diversos juegos.

Sabemos que de pronto se desesperan porque lo que más disfrutan es salir al patio a jugar futbol o básquet, pero tratamos de que puedan divertirse con sus compañeros con otras actividades que también pueden ser entretenidas.