Parque subterráneo para Nueva York
os paneles solares sobre el tejado del edificio ubicado al este de Manhattan, en Nueva York, indican que no es un inmueble de ladrillo normal. En la pared, junto a la entrada, se lee en letras grandes Lowline Lab
. Atrás de los gruesos muros rojos se prueba actualmente lo que para 2020 podría haber en Nueva York, el primer parque subterráneo del mundo, según información de sus creadores.
El nombre del proyecto tiene como referencia la más espectacular apertura de espacio verde de la metrópolis en los años recientes: el Highline, que eran antiguos rieles elevados, al suroeste de Manhattan, que fueron reconvertidos en parque, y que en la actualidad tiene un enorme éxito.
Desde su inauguración en 2009, más de 20 millones de personas han paseado a lo largo del parque, el barrio que lo rodea se ha revitalizado y ciudades de todo el mundo imitan el proyecto, manteniendo siempre las viejas vías de tren como elemento estético.
El Lowline pretende impulsar esas iniciativas. Sus dos promotores, Dan Barasch y James Ramsey, quienes fueron trabajadores de Google y la Nasa, eligieron para su proyecto una estación subterránea de tranvía en el barrio de moda Lower East Side.
Con paneles en forma de cuenco, diseñados por el cofundador Ramsey, se recoge la luz solar que después llega al subsuelo. Desde allí se irradia filtrada a la habitación a través de una instalación con forma de cúpula en el techo. El parque subterráneo tendría así luz y calor todos los días del año desde el amanecer hasta el anochecer.
Dpa