La construcción y apertura de una tienda Chedraui en la calle Sur 16, a 40 metros del mercado de la colonia Agrícola Oriental, delegación Iztacalco, acabaría con el empleo y la fuente de ingresos para cerca de 500 familias, que dependen del centro de abasto.

Así lo advirtieron los locatarios del lugar, quienes exigen a las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México su intervención para detener este proyecto, que está en marcha pese al rechazo de la comunidad.

No podemos competir contra una cadena comercial que adquiere todo por mayoreo. El pescado lo venden más barato que nosotros que lo compramos en La Viga. Con la situación actual, la gente no se fija en la calidad, sino en dónde gasta menos, expresó Sergio Ordoñez, cuya familia será afectada.

“Con más de 55 años de antigüedad –añadió– el mercado de la Agrícola Oriental, con 350 locales comerciales de todos los giros, entre ellos frutas, verduras, carnes, pescado, ropa y plásticos, se ha convertido en el centro principal de la actividad económica de la colonia. Somos tres las generaciones que hemos trabajado aquí. ¿Qué vamos a hacer si abren esa tienda departamental? ¿A dónde nos van a orillar?”, cuestionó.

Esta preocupación es compartida por la mayoría de los locatarios, quienes coinciden que la apertura del Chedraui significará la muerte de este centro de abasto. Nos enfrentaríamos a una competencia desleal, porque nosotros somos minoristas. Ellos tienen una estructura que les permite dar mejores precios y otras facilidades. Está visto que a donde llegan acaparan a los compradores de todos los productos, expresó Carlos Ruiz, quien cuenta con un local de ropa.

A principios de este año, en la calle Sur 16, número 271, comenzó el desmantelamiento del interior de dos inmuebles, que anteriormente albergaban zapaterías, con la finalidad de habilitar la tienda Chedraui. Desde entonces, comerciantes y vecinos se unieron y realizaron bloqueos y manifestaciones para exigir a las autoridades delegacionales su cancelación.

Todo el tiempo aseguraron que no tenían conocimiento de lo que se pretendía edificar en ese sitio, cuando la propia tienda comenzó a colocar letreros para solicita personal. Después vinieron a colocar sellos de suspensión de actividades por omisión en las medidas de protección civil, pero ya trabajan de nuevo, declaró Abel Munguía, otro de los inconformes.

Además de afectar a los comerciantes, los vecinos señalaron que en la zona no es viable una tienda de esta magnitud, pues no hay espacios para estacionamiento y la vialidad ya se encuentra saturada con el flujo cotidiano de vehículos.