Pemex, durante el gobierno de Felipe Calderón, determinó incumplir con la norma oficial mexicana (NOM) 086, que establecía la entrada al país de combustibles de ultra bajo azufre (UBA), e incluso se amparó. Hace una década el objetivo de esa regulación era reducir la emisión de precursores de ozono para proteger la salud de la población, ante la evidencia de que combustibles más limpios reducirían el número de muertes a causa de la contaminación.

El ex mandatario, quien se promociona internacionalmente como ecologista, tampoco sacó adelante la norma de eficiencia vehicular, pese a que organizaciones ambientalistas, como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y CTS Embarq, en su momento señalaron el atraso de esa regulación.

El tema de los combustibles es una de las omisiones de las autoridades en el anuncio sobre las medidas para enfrentar la contingencia ambiental que se vive actualmente, ya que sigue sin asegurarse la distribución de diésel UBA en todo el país, consideró Gustavo Alanís, director del Cemda.

Además, las autoridades del sector no han aclarado si verificarán que las gasolinas que se importarán serán limpias, ya que La Jornada preguntó hace una semana a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y a la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) y no hubo respuesta.

Actualmente, indicó Alanís, el transporte de carga utiliza en su mayoría diésel y representa 15 por ciento del total de vehículos que circulan en el país, causante de 80 por ciento de la emisión de las partículas suspendidas PM2.5, las más dañinas y potencialmente letales para el ser humano, debido a su relación con el cáncer de pulmón.

Llamó a la Semarnat para que deje de aplazar la actualización de la NOM 044, la cual establece los límites máximos permisibles de contaminantes para transporte pesado nuevo, y apruebe una norma definitiva que asegure el abastecimiento de combustibles limpios en todo el territorio nacional.

Otras acciones que Alanís consideró que se deben aplicar son la actualización de las normas de salud, de acuerdo con los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y transporte público ambientalmente limpio, eficiente y seguro.

La NOM 086 se publicó en 2006 y la expectativa era que a partir de 2009 habría distribución en todo el territorio del diésel de muy bajo contenido en azufre, pero no se cumplió. Después se emitió otra regulación para distribuir el combustible sólo en las zonas metropolitanas de la Ciudad de México y en corredores industriales.