Sociedad y Justicia
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El titular de Salud recibió el doctorado honoris causa de la Universidad de Salamanca

Al mundo le faltan utopías para renovar la esperanza: José Narro

Aseguró que la educación es la llave maestra que permite el acceso a los derechos humanos

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En la ceremonia encabezada por los reyes de España, Felipe y Letizia, el ex rector de la UNAM aseveró que sin educación, ni los individuos ni las colectividades pueden ejercer su libertad a plenitudFoto Notimex
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Periódico La Jornada
Miércoles 6 de abril de 2016, p. 40

Salamanca.

Un mundo sin ideales es un mundo sin ideas. Al nuestro le hacen falta bloques y utopías: utopías para renovar la esperanza y fijar aspiraciones superiores, señaló ayer el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y actual secretario de Salud del gobierno federal, José Narro Robles, en el discurso de investidura del doctorado honoris causa de la Universidad de Salamanca.

El reconocimiento, uno de los más altos y prestigiosos de la academia española, lo convierte en el cuarto mexicano en recibirlo. Antes que él, les fue otorgado a los ex rectores de la UNAM Ignacio Chávez y Guillermo Soberón y al novelista e intelectual Carlos Fuentes.

El paraninfo de la Universidad de Salamanca fue el escenario de uno de los acontecimientos más esperados del año y celebrados por el mundo de la academia cuando se reconoce la trayectoria y la obra de personas singulares que, desde sus trincheras, han contribuido al enriquecimiento de la reflexión, el pensamiento y la enseñanza. Narro Robles, con más de 40 años de labor académica y quien ha desempeñado varios puestos en el sector público, compartió el escenario y el protagonismo con un amigo suyo y cómplice en un proyecto en común: el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha.

La creación del Siele

Ambos personajes, uno desde la UNAM y el otro desde el Instituto Cervantes, sentaron las bases del Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española (Siele), que aspira a convertirse en el diploma oficial de nuestra lengua y a ser impartido en más de 70 universidades, y será a la vez la piedra angular para la expansión de este idioma en el orbe, pero sobre todo en Estados Unidos, China y Brasil.

La ceremonia siguió los cánones de la tradición latina, con las alocuciones en el idioma original y las pausas y los diálogos en estricto apego a la costumbre antigua, lo cual dio aún más solemnidad al acto. Con repiqueteo de campanas se anunció el inicio del momento histórico, y después el rey Felipe VI –quien presidió el acto en compañía de su esposa, la reina Letizia– abrió la sesión. El coro entonó una canción cervantina alusiva a Sancho Panza y al Quijote para acompañar la entrada de los homenajeados, que iban escoltados por el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández.

Después de ser presentado con un emotivo reportaje en video, el cual advirtió que José Narro Robles es un hombre siempre dispuesto a conseguir y luchar por cosas nobles, tomó la palabra el académico José Antonio Bartol Hernández, quien fungió como padrino de su doctorado. Y advirtió en su laudatio: Queremos agradecerle su defensa de la educación, su lucha en favor de la universidad pública y autónoma, su visión humanística del quehacer universitario y, claro está, le expresamos nuestro agradecimiento por haber querido unirse a nuestra universidad en uno de los proyectos lingüísticos más importantes del mundo hispánico.

Una vez hecha la presentación fue investido doctor honoris causa bajo la tutela de los reyes de España. Después tomó la palabra, con la venia de las altas autoridades académicas, y en su discurso ofreció un recorrido por su propia vida y agradeció a su familia de clase media mexicana y a las instituciones públicas de su país, que le permitieron convertirse en un ser humano privilegiado. También a sus amigos y maestros, y de manera muy especial a su alma mater: su querida UNAM.

Estoy convencido de que la educación es la llave maestra que permite el acceso a todos los derechos humanos y al disfrute de una vida más humana, más consciente, más productiva, más digna y más feliz, en tanto que sin ella no hay justicia y tampoco democracia. Sin educación ni los individuos ni las colectividades pueden ejercer su libertad a plenitud, señaló Narro ante un auditorio en el que había numerosas autoridades públicas y académicas, incluido el recién electo rector de la UNAM, Enrique Graue.

Después Narro, quien tiene una amplia trayectoria en el mundo académico y el servicio público, efectuó una encendida defensa de la universidad y de la lucha por mantener su calidad, sin descuidar la función social que tiene y su contribución a la movilidad social o su aporte a la consolidación del régimen de libertades.

Responsabilidad histórica

El ex rector de la UNAM reconoció que tenía el imperativo de aprovechar la oportunidad del acto solemne para hablar de un asunto fundamental: lo que pasa en nuestro mundo, lo que ocurre en cuanto a sus contradicciones, sus maravillosas posibilidades y sus lamentables rezagos; las amenazas que se ciernen sobre todos a escala planetaria; los valores que desafortunadamente mueven al mundo y los que deberían hacerlo; la responsabilidad histórica de nuestras generaciones.

Y advirtió: Somos muchos los que compartimos una visión distinta y que trabajamos por alcanzar un mundo más justo, libre y democrático. Por eso, añadió, un mundo sin ideales es un mundo sin ideas. Al nuestro le hacen falta bloques y utopías: utopías para renovar la esperanza y fijar aspiraciones superiores. Bloques que no sean de aquellos que se usan para construir murallas, para aislar y dividir. Le hacen falta agrupaciones y países que reconozcan la conveniencia de alinear sus intereses y de articular sus esfuerzos para eliminar la pobreza y la ignorancia, para alcanzar la justicia y la inclusión. Debemos tomar riesgos para hacer nuestra tarea.

Al acto solemne asistieron también el ministro de Educación, Cultura y Deportes de España, Íñigo Méndez de Vigo; el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; la embajadora de México, Roberta Lajous, y el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, entre otros.