Aunque para atacar la contaminación del aire se han creado los esquemas Proaire, vigentes en 11 estados del país, se ha encontrado que muchas acciones tienen poco o nulo impacto en la reducción de emisiones, no se priorizan las acciones y algunas, como la verificación vehicular, no cumplen sus objetivos a 100 por ciento.

El estudio Catálogo de medidas y acciones en el desarrollo de programas de gestión para mejorar la calidad del aire, elaborado por Jorge Martínez Castillejos, presenta recomendaciones en distintos rubros, como el fortalecimiento del programa de verificación vehicular, la regulación del autotransporte público y de jurisdicción estatal, así como definir programas de movilidad urbana.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en el país hay 11 esquemas Proaire vigentes en igual número de estados, y nueve están en elaboración. Entre los vigentes está el de la zona metropolitana del valle de México, que vence en 2020, así como los de San Luis Potosí, Querétaro-San Juan del Río, Tijuana y Mexicali.

El estudio de Castillejos, concluido en diciembre de 2014 y por el cual la Semarnat pagó 406 mil pesos, analiza los esquemas vigentes en el país y señala que hay acciones incluidas sin haberse desarrollado un diagnóstico previo. En muchos casos, pareciera que muchas medidas se seleccionan debido a que ya existen en otros Proaire, más que porque pueda existir una fuente de emisión o problema por resolver, o por el impacto que puedan ofrecer en la reducción de contaminantes.

Agrega que faltan estudios o información sobre las distintas fuentes de emisión; los efectos de la contaminación en zonas, sectores o personas; el comportamiento de los contaminantes con base en la meteorología, así como de los elementos que componen la estructura urbana.

Apunta que normalmente en los Proaire no se analizan los efectos de los contaminantes en la salud. Tampoco se hace una valoración económica, ya sea del costo para la sociedad o de los beneficios que pueden acarrear las medidas de prevención y control.

Considera importante que los esquemas incorporen el uso de alguna de las metodologías existentes que permiten relacionar los datos de morbilidad y mortalidad con las tendencias del comportamiento de los contaminantes, así como de valoración económica de los daños que ocasiona la polución.