Es difícil que en 15 días la procesen los diputados, explica
Viernes 1º de abril de 2016, p. 3
Aunque el Congreso tiene de plazo para aprobar las leyes secundarias del sistema nacional anticorrupción el próximo 27 de mayo, el senador Pablo Escudero (PVEM), presidente de una de las comisiones dictaminadoras, puso en duda que la legislación pueda salir en ambas cámaras antes del 30 de abril, en que concluye el actual periodo ordinario de sesiones.
Explicó que en el Senado se buscan los consensos para aprobar las cuatro principales leyes del paquete anticorrupción en este periodo, ‘‘pero aun si se votara el 15 de abril es difícil que en 15 días la procesen los diputados, ya que tardaron cinco meses en aprobar la minuta de ley federal de transparencia, que había sido muy discutida’’.
En el caso de las leyes anticorrupción, ‘‘son productos muy técnicos, temas en que los senadores han trabajado desde hace tres años, por lo que pensar que la Cámara de Diputados los apruebe en dos semanas es imposible’’.
El presidente de la Comisión Anticorrupción y Participación Ciudadana consideró que no se debe ser injusto con los diputados que tendrán quizá que optar por un periodo extraordinario en mayo o esperar a septiembre.
En conferencia de prensa, Escudero informó que se reunió ayer con senadores del PRD a los que entregó un documento con la respuesta a las observaciones que formularon al documento de trabajo de las leyes anticorrupción y lo mismo hará con las propuestas del PAN. El acuerdo, agregó, es sentarse a discutir la próxima semana para armar el segundo documento.
Hay el compromiso de todas las fuerzas políticas, sostuvo, de que la legislación secundaria salga bien, aunque ‘‘en definitiva no estaría para el 12 de abril’’, según se había considerado en la ruta crítica original.
Agregó que se dictamina conforme a las prácticas de parlamento abierto. Rechazó finalmente los señalamientos que formuló poco antes el presidente del PAN, Ricardo Anaya, de que no van a aprobar una legislación ‘‘descafeinada’’. Se trata, dijo, de declaraciones políticas sin importancia.