Expertas de la Universidad Duke analizaron 36 cintas de esos estudios y de Pixar
retratan desigualdad de clase en forma dañina
En esas producciones ser pobre o de clase trabajadora es una felicidad, señala la líder de la investigación
En la vida real, menos de una décima parte de esa gente llega a la cima, recuerda
Lunes 28 de marzo de 2016, p. 9
De fregar pisos, andrajosa, pasó a casarse con un príncipe en un palacio. Esta es la historia de la Cenicienta, una de las películas más exitosas de Disney.
En Cars, por ejemplo, un Porsche antropomorfo que tiene un trabajo muy estresante de abogado decide mudarse a una ciudad de clase obrera, en la que encuentra una vida más fácil y feliz.
Estas y otras películas populares, que encantan a todos con sus cuentos mágicos de amor, realeza, riqueza y felicidad, retratan desigualdad de clase social en formas potencialmente dañinas
.
Esto lo determinó un estudio reciente que hizo la Universidad Duke, una de las más reconocidas en Estados Unidos.
La socióloga Jessie Streib y las pasantes Miryea Ayala y Colleen Wixted de esa institución, ubicada en Durham, Carolina del Norte, observaron 36 películas de Disney y Pixar.
Su idea era estudiar a los personajes de cada uno de esos filmes y así determinar la clase social a la que representan.
El estudio, que muestra la representación de la pobreza y desigualdad, concluye que las películas sobrerrepresentan la riqueza, banalizan la pobreza y hacen ver que el ascenso económico depende nada más del esfuerzo personal
.
Para las cintas de Disney ser pobre no es gran problema, porque trabajar es algo que hace feliz. Si se es una buena persona (o guapa), además de ambiciosa, se llegará a ser rico, porque la clase alta siempre te hará un hueco
, afirmó Jessie Streib, experta que dirigió el estudio.
Se encontró que las películas presentan una visión casi banal de las clases sociales y se centran en personajes que cosechan enormes recompensas sociales y económicas, en gran parte por su trabajo y entereza moral.
El gran tema es que para estas cintas la desigualdad es benigna
, precisó Streib, profesora de sociología de la institución.
Ser pobre no es gran problema. Ser pobre o de clase trabajadora es una felicidad. Cualquier persona que desee salir adelante y sea ambiciosa y buena puede hacerlo. Los ricos siempre son felices para todo el mundo. Obviamente, no es así exactamente como funciona el mundo.
El estudio fue publicado el mes pasado en Journal of Poverty. Indicó que de 67 personajes, 38 eran de clase media alta o muy alta. Sólo 11 se considerarían de clase trabajadora, y únicamente tres de éstos tenían papeles principales. Cuatro por ciento del total se clasificaría pobre según los estándares actuales.
El estudio recuerda que en la vida real, menos de una décima parte de la gente en la capa económica más baja llegará a la cima; claro, son más en las películas de Disney
, aseguró.
La investigación insiste en que las películas a menudo reducen al mínimo las dificultades económicas.
Aunque esos filmes son ficticias, su popularidad preocupa por las relaciones con la desigualdad y las lucha de la gente de clase baja que tiene que subir la escalera”, dijo Streib.
¿Creen que la gente de verdad quiere ver una película honesta?
, se preguntó. Probablemente no
, se respondió.