Que la cultura tome las calles es la premisa del proyecto, el cual está a la espera de fondos
Lo presenta Tepito Arte Acá junto con otros artistas del barrio bravo
La inseguridad y la impunidad están en todos lados; debemos reapoderarnos del espacio público: Virgilio Carrillo
Domingo 27 de marzo de 2016, p. 5
Virgilio Carrillo porta una señora greña. En la calle, para cotorrearlo, le cantan tuvimos un sirenito
y le gritan de lejos ¡Qué viva el rocanrol!
Él ni se inmuta. Es el fundador del grupo de teatro Tepito Arte Acá. Nos dirigimos al primer lugar en el que se sirvió cabrito en la Ciudad de de México
. El sitio es agradable y quizás un poco cursi para estar en el barrio bravo.
El director teatral que alguna vez fue fayuquero y practicante de yoga dice, en entrevista para La Jornada, que entre los planes del grupo para este año está el echar a andar el proyecto Pinchumil memorias, el cual consiste en hacer crónica en video de la historia del barrio con comedia y bailes.
Virgilio confiere: “Tepito fue un barrio tlatelolca. En la casa donde nací, en la calle Peñón, hubo un telpochcalli, donde se preparaban los jóvenes de ‘abajo’. Aquí también se da la última batalla de Cuauhtémoc. Para estas crónicas contamos con el apoyo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como el doctor en etnología Eduardo Corona y del escritor Armando Ramírez (autor de Chin chin el teporocho, entre otras novelas) y las distribuiríamos a través de las redes sociales. Otra parte del proyecto es seguir presentando nuestras obras en las vecindades”.
Susana Meza, compinche teatral de Virgilio desde hace 21 años, interviene: Tenemos un repertorio de 14 obras. Como echamos a andar este proyecto con nuestros recursos, al principio planteamos traer sólo algunas escenas, pero al ver la respuesta tan comprometida de la comunidad decidimos traer obras completas
.
Por las noches
Virgilio agrega: Las funciones son en la noche para que luzcan más
. A la pregunta en torno a que si no es peligroso, Virgilio revira: “¿Qué lugar no es peligroso? Ojalá que la violencia sólo estuviera en este barrio, pero la inseguridad y la impunidad se han generalizado en el país. Nos ha tocado a todos. Recientemente sufrimos la pérdida de un compañero actor, Rubén Elizalde. Por eso debemos de reapoderarnos del espacio público.
Sí, que la cultura tome las calles. Ese es el objetivo de este proyecto
, remata Meza y añade: Para continuar necesitamos apoyo financiero
.
El director explica: “Existe un recurso federal destinado a la prevención del delito (Pronapred). Es coordinado por la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana y operado por los municipios y delegaciones. Consideramos que nuestro proyecto cumple con los lineamientos del Pronapred y que contamos con el respaldo del barrio.
Los fotografitos...
“Aquí existen varios artistas y colectivos culturales. Este proyecto nos ha reunido para trabajar en conjunto. Está Robert Galicia y su periódico cultural en línea La Tranza. También participa el grupo Los Olvidados. Otro ejemplo es Mario Puga, que coordina a Los fotografitos de Tepito, niños entre 6 y 12 años que por medio de la fotografía han encontrado una opción diferente a la violencia. Queremos propiciar que amplíen su campo de acción, esti-mularlos para que conozcan diferentes sitios de la ciudad y organizar exposiciones con los productos de sus miradas”.
–¿Y si no obtienen el recurso?
Susana Meza responde: “Esperamos que haya suficiente sensibilidad para que eso no pase. El proyecto perdería dimensión y sería más lento. Pero como es algo que debe hacerse, nosotros continuaríamos a nuestro paso con nuestros recursos. Así como continuamos con nuestro teatro para jóvenes de educación media en los teatros Ferrocarrilero y Jorge Negrete. Allí estaremos el 17 y 23 de abril con las obras Noche de guerreros y chamanes y No hay mal que dure cien años. Son trabajos que escribimos en conjunto”.
Carrillo y Meza son teatreros de resistencia. Este año el grupo cumple 36 de haber sido fundado. Han encontrado una manera de persistir con su teatro popular. Hacen una pausa reverencial ante la paella y el cabrito que aparecen en la mesa. Una rondalla empieza a tocar. Tepito no para de sorprendernos.