El insecto puede adaptarse, recuperarse y resistir los pesticidas
Martes 22 de marzo de 2016, p. 35
En la actual situación de emergencia lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a causa del virus de zika, de nuevo se pone sobre la mesa la relevancia de las acciones para controlar y erradicar el mosquito transmisor, sobre todo luego de que se ha comprobado que el insecto tiene la capacidad de volverse resistente a los insecticidas.
La Sociedad Mexicana de Salud Pública (SMSP) comprobó lo anterior en 2014, cuando a partir de una investigación detectó que los productos que hasta ese entonces eran utilizados por el sistema sanitario para las acciones de fumigación no eran del todo efectivos para matar al mosquito Aedes aegypti, afirmó el presidente del organismo, Miguel Lombera.
En tanto, el reporte semanal de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SSa) señaló que hasta el 18 de marzo se confirmaron 160 casos de zika, de los cuales 30 son en embarazadas. Todavía se mantiene una baja transmisión del virus en el país, pues solamente se agregaron nueve enfermos al informe de la semana anterior y cinco al del grupo de gestantes.
Aunque el tema de la transmisión de enfermedades por vector ha estado presente durante años a causa del dengue que se expande por la picadura del mosquito Aedes aegypti, de nuevo adquirió notoriedad en los meses recientes por el zika y en particular, por la presunta asociación de esta enfermedad –que se transmite a través del mismo insecto– con casos de microcefalia en recién nacidos.
Sugieren rotación de químicos
Respecto de los plaguicidas, si bien se aplican para combatir al mosquito transmisor de zika, se encontró que no lograban matar a más de 90 por ciento de los insectos, por lo que en 2015 el Centro Nacional para la Prevención y Control de Enfermedades determinó el cambio de los productos. De todas maneras, señaló Lombera, se requiere que periódicamente haya una rotación de los químicos.
En entrevista, el especialista comentó que en la investigación se tomó una muestra de más de 150 mil mosquitos en 62 localidades de 24 estados de la República, a los cuales se les aplicaron 12 plaguicidas autorizados por la Secretaría de Salud.
Con base en estándares internacionales determinados por los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Atlanta, Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS), se consideró que un producto era efectivo si el mosquito era derribado y así permanecía luego de 24 horas.
Los insecticidas obtuvieron resultados diversos, desde el que mataba en forma inmediata a los insectos hasta aquellos que los derribaban, pero al rato los mosquitos volvían a volar. Hubo algunos productos que no les ha-cían nada a los insectos.
Lombera explicó que de los tres tipos de insecticidas disponibles, la investigación encontró que los denominados carbamatos y organofosforados eran los más efectivos, mientras los piretroides –que hasta 2014 tenían un amplio uso en salud pública– no cumplían con el objetivo.
Este es un problema que también ha detectado la OMS y por el cual ha señalado como desafíos para el control del vector, su capacidad de adaptación y recuperación, así como la resistencia a los pesticidas.
Lombera comentó que está en proceso otra investigación, ahora sobre los productos químicos que se utilizan para eliminar a las larvas del Aedes aegypti. Es un proceso de mayor complejidad porque a los huevecillos se les tiene que buscar en lugares que sirven de criaderos, como los aljibes.