Desde hace un año los institutos nacionales de Ecología y Cambio Climático (Inecc) y de Salud Pública (INSP) dieron a conocer el proyecto de la norma Respira, índice de calidad del aire y riesgos a la salud, pero su aprobación no avanzó.

En febrero de 2015, expertos de esas instituciones presentaron recomendaciones para la actualización de normas específicas de diversos contaminantes y documentaron que la mala calidad del aire causa alrededor de 20 mil fallecimientos al año en el país; es la séptima causa de muerte en el mundo, con aproximadamente 3.2 millones, y en América Latina y el Caribe se ubica como la undécima, con más de 45 mil casos.

Enfermedades por exposición

La exposición a contaminantes ocasiona enfermedades cardiacas, asma, bronquitis, reducción en la capacidad pulmonar; efectos cardiovasculares y cerebro-vasculares; problemas del desarrollo, reproductivos y neurológicos. También, nacimientos prematuros, retraso en el crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer, síndrome de muerte temprana y mortalidad infantil, entre otras, sobre todo en la población infantil y adultos de más de 65 años, indicó el informe final del proyecto de la norma.

En el documento se argumenta que en el mundo uno de los principales problemas de las ciudades es la contaminación del aire, y refiere que la Organización Panamericana de la Salud ubicó esta circunstancia entre los asuntos ambientales prioritarios de la región.

El informe final de la norma Respira indica que el proyecto busca ser un indicador de la calidad del aire a escala nacional para informar a la población de manera clara, oportuna y continua sobre los niveles de contaminación atmosférica, los probables daños a la salud y los niveles de contaminación.

Explica que en el proyecto se fijan las concentraciones máximas permisibles en aire ambiente durante un periodo definido y para cada uno de los contaminantes atmosféricos criterio. Recomienda actualizar las normas de calidad del aire bióxido de azufre y óxidos de nitrógeno porque tienen un atraso de varios años y también señala que se requiere que las redes de supervisión incrementen el número de sitios de medición para partículas suspendidas.

Asimismo, plantea que se revise la normativa para que defina de manera clara y específica los protocolos y equipos de medición de la calidad del aire y estandarizar el método a escala nacional.

Destaca que uno de los grandes retos en la intención de elaborar un índice de calidad del aire es contrarrestar la apatía, mitos y desinterés de las personas por temas como el de la contaminación, pues es una práctica cotidiana que involucra acciones y corresponsabilidad en el tema.