En el 210 aniversario del natalicio de Benito Juárez García, el titular de la Secretaría de Salud (Ssa), José Narro Robles, llamó a transformar la desarticulación en unidad y “dejar de participar en una estrategia que pareciera señalar ‘todo está mal y luchamos contra ello, por eso nos oponemos a lo que sea’”.

Orador único en la ceremonia para conmemorar al Benemérito de las Américas en Palacio Nacional, el doctor Narro expuso que al país le urge dejar de titubear cuando se trata de su futuro, y consideró que si bien resulta absurdo ocultar que la nación tiene problemas, es necesario reconocer que es mucho lo avanzado.

No serán la inmovilidad ni la vuelta atrás las fórmulas que nos llevarán a un mejor sitio en el porvenir, aseveró en el patio de Honor de palacio.

Citó a Jorge Luis Borges para referirse al contexto internacional. Recordó que el escritor bonaerense definió que quien erige bardas y murallas puede fácilmente arrojar los libros a las llamas de una hoguera.

En el homenaje, que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto, acompañado por los integrantes de su gabinete legal y ampliado, así como por descendientes de Juárez, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuestionó que fallan los que no quieren reconocer nuestros rezagos, pero igual o peor lo hacen quienes sostienen que no se ha progresado.

Narro Robles expuso que el país dispone ahora de reformas que fueron respaldadas por las principales fuerzas políticas, y afirmó que el gobierno federal tiene el compromiso de aprovecharlas para curar los males de siempre: pobreza, enfermedad, ignorancia, desigualdad e injusticia.

Esos son los verdaderos enemigos, no los que piensan de forma distinta a la nuestra, agregó.

En su discurso pidió aprender de la gesta de Juárez para la restauración de la República y recordar al hombre de Estado que nunca puso sus intereses por encima de los de la patria.

Debemos aprender de lo que pasó hace más de siglo y medio, de los errores que cometimos como colectividad, del daño que puede generar la ambición desmedida por el poder, indicó.

El titular de la Ssa manifestó que la historia nacional del siglo XIX está llena de claves y mensajes que resultan aplicables en la actualidad, y presentó dos: pocas cosas tan graves para el país como la división entre los mexicanos, y frente a las dificultades no hay forma de extraviar el rumbo si se siguen los valores y principios republicanos.

Dijo que la efeméride no sólo permite revisar el pensamiento y acción de uno de los más grandes personajes de la historia, sino analizar lo que ocurre en un mundo lleno de avances que antes parecían de ficción, pero también que vive tiempos de incertidumbre.

Cuestionó: ¿Será posible que no se escuchen los tambores que convocan a la batalla? ¿Habrá quien no vea las amenazas sobre la vida en el planeta o quien no intuya la gravedad de muchos de los acontecimientos que nos afectan?

Resaltó las contradicciones de un mundo lleno de discursos de paz frente a las numerosas acciones de combate en varios continentes; de un planeta lleno de frases de defensa de los derechos humanos, que no empata con la realidad de numerosas violaciones persistentes a garantías fundamentales.

Amplió: Un mundo pleno de retórica en favor de los que carecen de lo esencial, pero que rechaza a los migrantes que salen de sus países en busca de oportunidades, o para escapar del horror de la guerra y la persecución; que avanza en medio de la destrucción de la cadena de la vida por la avaricia de unos y la estulticia de otros, y que destaca por las paradojas que lo pintan de cuerpo entero: el desperdicio de alimentos y la muerte por desnutrición, la disponibilidad de formas de prevenir la enfermedad y la muerte de cientos de miles por no poder utilizarlas.

Sin referirse expresamente a la disputa de las candidaturas presidenciales en Estados Unidos, José Narro expuso que el poder político se construye con confianza y solidaridad, con optimismo y esperanza; en la búsqueda de la unidad y la inclusión.

Nunca en la rivalidad y la ambición, en la amargura o el resentimiento, y menos en el odio y el enfrentamiento. Por eso sorprenden los que niegan los avances, o aquellos que piensan que la solución del mundo es la construcción de muros y barreras.

Subrayó: No debemos olvidar que, como sostuvo Jorge Luis Borges, quien erige bardas y murallas puede fácilmente arrojar los libros a las llamas de una hoguera. En ambos casos, se termina por quemar el pasado.

Volvió a Juárez. El Benemérito, afirmó, representa origen y destino: confió siempre en la educación que transformó su persona, supo que la ley y los valores son las armas de los gobernantes, entendió que la búsqueda de la felicidad de todos debe ser el norte de un gobernante.

Antes, el presidente Peña Nieto depositó una ofrenda floral en la estatua a Juárez que se erige en el patio Mariano, acompañado por Elena Sánchez Juárez de Gamio.

También en un tuit citó una de las frases célebres del Benemérito: La constancia y el estudio hacen a los hombres grandes, y los hombres grandes son el porvenir de la patria.

(El discurso íntegro del doctor José Narro Robles)