Buenos Aires.

A escasos días de la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Argentina, el anuncio de que se desclasificarán nuevos archivos sobre los juicios por crímenes de lesa humanidad durante la pasada dictadura (1976-1983), como pidieron recientemente varios organismos de derechos humanos, genera expectativas, pero no borra de la memoria la responsabilidad estadunidense en la tragedia, no sólo local sino del Cono Sur, durante la década de 1970 a 1980.

Así lo señalan dirigentes de dichos organismos, quienes, como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, estiman que el presidente estadunidense no puede desconocer las deudas que ese país tiene con nuestro pueblo y otros, más aún por la fecha elegida para su visita, el 24 de marzo, día en que se realizan las grandes marchas al cumplirse el 40 aniversario del golpe de Estado que instaló la dictadura más cruenta de la historia.

Luego de manifestar su desacuerdo con el gobierno del presidente derechista Mauricio Macri, Pérez Esquivel recordó a Obama que ningún mandatario representa al pueblo argentino, el cual necesita una verdadera reparación por lo sucedido.

Advirtió que el pueblo interpretaría como provocación si viniera “con la intención de imponernos tratados de libre comercio, avalar los ilegítimos reclamos de los fondos buitres o recomendar la fracasada receta de intervención de las fuerzas armadas en seguridad interior para luchar contra el narcotráfico”.

Como parte de la movilización de los organismos humanitarios, con los que el gobierno de Macri tiene una relación tensa, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, sostuvo que la Escuela de las Américas de Estados Unidos, así como la injerencia del ex secretario de Estado Henry Kissinger, tuvo que ver con el golpe de Estado de 1976, que dejó al menos 30 mil desaparecidos.

Asimismo, señaló que si bien parte de los archivos secretos fueron desclasificados, falta mucho de los años previos a la gestión del ex presidente estadunidense Gerald Ford.

El analista Claudio Mardonez recordó a Obama, en una entrevista reciente con CNN en relación con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que teníamos una relación cordial, pero en lo que respecta a sus políticas, las de gobierno, eran siempre antiestadunidenses.

En la misma conversación calificó al gobierno de Macri de buen ejemplo del cambio que ha ocurrido en las relaciones de Estados Unidos con otros países, y destacó que puede brindar el tipo de apertura, transparencia y competitividad que va a permitir que personas increíbles prosperen de un modo que no ha ocurrido. Mardonez tildó la declaración de Obama de injerencista en la política argentina.

La exposición de Obama fue recibida como otro golpe por miles de desempleados, más de 115 mil en los primeros meses de gestión macrista, que acaba de cumplir 100 días. Argentina es un país agobiado por una inflación que avanza cada día, hasta el punto de que este viernes tuvo que reconocerlo el propio jefe de gabinete, Marcos Peña, como un problema del gobierno.

No sólo esto es de resaltar, sino las medidas adoptadas mediante decretos que acabaron con diversas áreas importantes del Estado, con la Ley de Medios, que intentaba democratizar la información, o el apagón informativo, porque quienes gobiernan hoy tienen el control sobre la absoluta mayoría de los medios privados de comunicación, a los que han favorecido abiertamente y, a la vez, manejan todos los medios estatales, advierten dirigentes sindicales de gremios de prensa.

El conflicto social se agrava con paros, movilizaciones, despidos, represión y persecución política, lo cual se reflejó en lo sucedido en visitas recientes al interior del país, donde tanto en Bariloche, Rosario y ahora en el Chaco la presencia de Macri fue rechazada por manifestantes.

No es un escenario muy amigable en momentos en que una encuesta de Ibarómetro, citada por medios locales, revela que 66.1 por ciento de argentinos consideran negativa la realidad económica y que tres de cada cuatro aseguran que los precios aumentaron mucho el mes pasado.