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Emilio Sabín: me interesa dejar un testimonio de la historia de ese arte en México

La fotografía es el medio para dar mi propia visión de la danza

Retratarla no es fácil, sobre todo la contemporánea, hay mucho movimiento y el bailarín tiene libertad para hacerlo; a veces la iluminación es muy deficiente, afirma el joven de 23 años de edad

 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de marzo de 2016, p. 8

Un libro fue determinante para decidir su futuro como fotógrafo de danza.

Emilio Sabín, un joven de ahora 23 años por cuyas venas corre la danza contemporánea, a los 17 empezó a registrar con su cámara la historia de ese arte en México.

Me interesa plasmar la evolución de la danza, dejar testimonio gráfico de los que han contribuido con su amor y trabajo a formar nuevos ejecutantes, comparte.

Barro Rojo es entrañable para él, pues sus padres, Laura Rocha y Francisco Illescas, fueron bailarines de esa compañía y ahora son coreógrafos y maestros, además de que ella es directora del grupo. Desde pequeño me llevaban a los ensayos; aunque a veces me ponía a jugar, constantemente volvía la vista hacia lo que sucedía en el foro, explica.

Esa cercanía con la agrupación lo ayudó a entrenar la mirada para retratar eficazmente el arte del movimiento, puntualiza.

Admite que llegó un momento en que ya no quiso saber nada del baile, pero Barro Rojo publicó el libro La izquierda en la danza contemporánea mexicana, de Juan Hernández, con fotos de varios autores. La edición destacaba una función de rapel en la fachada de Bellas Artes. Al ver las imágenes me enamoré de la fotografía. Algunas eran de Jorge Izquierdo, que me encanta. Eran gráficas históricas, porque nadie ha vuelto a hacer algo similar a lo que hizo esa compañía, es la única, además de que marca los inicios de los grupos independientes en México.

La agrupación fue fundada por Arturo Garrido hace más de 33 años.

Retratar danza no es fácil, sobre todo la contemporánea, hay mucho movimiento, a veces la iluminación es muy baja, para el ojo humano es perceptible, pero una cámara todavía no tiene la posibilidad de captar imágenes con luz muy tenue. Hay que practicar mucho e ir buscando truquillos.

Estudiante de la licenciatura en fotografía en el Centro Universitario de Comunicación, asegura: “Soy muy duro conmigo. A veces parece que estoy satisfecho con una foto, pero luego regreso a ella y ya no me gusta tanto. Sin embargo, esa precisa imagen no la podré volver a tener, pues aunque la coreografía y el bailarín sean los mismos, el momento no lo es: influirán el ejecutante, el ángulo, la luz y el escenario, en danza contemporánea a veces se utiliza sólo una lámpara de minero o se baila en la calle. He tomado fotos en pueblos de Tlalpan o en ferias. Influyen muchos factores.

Foto
Coreografía Violeta, de Miguel Gamero, con Fernanda Salas y Kesia Herrera, de Barro RojoFoto Emilio Sabín

“Otra dificultad –precisa– es que en la danza contemporánea varían mucho los movimientos, el bailarín tiene mucho mayor libertad. Debe recurrir a vivencias, experiencias visuales, como libros y películas que le permitan alcanzar el sentimiento que desea el coreógrafo.”

La danza contemporánea tiene una propuesta social, no cuenta historias de manera lineal y explora nuevas formas de movimiento. El ballet, en cambio, tiene codificados los pasos, sus relatos tienen principio, clímax y desenlace.

Doy a la imagen lo que siento

Para Emilio Sabín uno de los retos es resignificar la propuesta de los coreógrafos. Me gusta el movimiento, el desafío es captar con mi visión lo que el autor quiere decir. Al final de cuentas es una reproducción de lo que estoy viendo, puedo sentir algo diferente de lo que me quieren decir. Doy a la imagen lo que siento en el instante de la toma, expresa.

Los cuerpos de los bailarines siempre le han parecido impactantes, señala. En el caso de los varones antes eran más cuadraditos, ahora son muy esbeltos. Además, está la evolución de la técnica, aunque ésta ha dejado de lado la pasión, la entrega; como dice mi padre, falta garra, que saquen a ese animal. Eso puede deberse al cambio generacional, dice.

Cuenta entre sus influencias en la fotografía a Flor Garduño, Nacho López y Jorge Izquierdo, entre otros.

En su trabajo, que recientemente fue expuesto en el 19 Encuentro Internacional de Mujeres en el Arte, realizado en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, han quedado plasmadas Cora Flores, entre otros pilares de la danza en México.

Sigue preparándose y desea incursionar como fotógrafo en otras artes, como el teatro, pero sin apartarse nunca de la danza.